Capitulo 1 - Tony, el programador (3)

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Tony llegó al décimo piso y allí se encontraba la oficina del señor Michael Rogers, su secretaria le autorizó que pasara ya que el señor Rogers lo esperaba dentro.

Tony entró a la oficina y el magnate de algunos 49 o 52 años de edad lo esperaba y le gritó:

- Este es el nuevo dueño de esta empresa, por Dios chico Superman no te llega ni a tus talones.

Tony dió una corta carcajada y dijo:

- Pero Superman salva vidas, yo a penas he salvado un gato de un árbol.

No digas eso –dijo aquel hombre de vasta experiencia en el ámbito de bienes raíces –Superman es ficción, tu eres real.

El joven programador para no ser aguafiestas o molesto solo afirmó la oración del hombre y le cuestionó:

- ¿Para que me mandó a buscar señor?

El señor Rogers se levantó de su sillón de piel claramente costoso y ordenó a Owens que tomara asiento en una de las butacas localizadas fuera de la oficina del distinguido caballero y le contestó a Tony:

- Necesito hablar contigo muchacho, pero antes tengo que preguntar algo.

Owens asintió con la cabeza, afirmando que quería escuchar la pregunta.

- ¿Cómo crees que me cataloga mi competencia?

Owens contesta:

- Creo que como un ejemplo a seguir y un hombre que se trazó una meta y la logró, además de un gran visionario que ha llegado y los demás están viviendo de las migajas que usted deja caer.

El señor Rogers sonrió y dijo:

- Ojala y ellos pensaran así, solo saben decir bobadas esos idiotas. Ellos me miran como un egocéntrico y un excéntrico, puede que sea verdad ¿Porque cuando has visto una terraza en un décimo piso en un edificio de tanto prestigio como este?

Pasando su mano por la cabeza Tony se puso a pensar y contestó:

- Para ser sincero señor, nunca.

El señor Rogers lo mira:

- Además de recuerda algo chico, nadie mira lo positivo de una persona.

Siempre están esperando que cometas alguna locura o error para comerte como zombies, pero vamos al punto, ¿Quieres trabajar para mi?

En ese preciso momento todo para Owens se paralizó, los autos no se movían, el viento que hacía mover el cabellos ya casi plateado del señor Rogers, no soplaba. Todo se detuvo para Owens y una frase pasó por su mente:

Seremos tontos y esclavos o lucharemos por nuestros ideales.

De repente, todo volvió a la normalidad y Owens contestó:

- Señor Rogers, me temo que no podré aceptar su oferta de trabajo, tengo otros horizontes y este no es mi lugar.

El señor Rogers condujo su mano hasta el hombre de Tony y le dijo:

- Lastima que no trabajaras para mi, pero tienes dos cosas que admiro y respeto; las agallas y los sueños.

Ambos se levantaron de su asiento y en vez de un apretón de manos, el hombre de negocios le dio un fuerte abrazo al joven programador. Owens sorprendido no dijo ni una palabra y se marchó fuera de la oficina.

Al momento de salir escucho un escándalo, un joven gritaba mientras un seguridad lo esposaba.

-Malditos capitalistas, malditos bastardos, ¿Donde está la gloria que merecemos?, destructores de naciones, malnacidos.

Aquí es donde entran John y Donnie.

Atrapados en una historiaWhere stories live. Discover now