La hora de la Cena...

15 1 0
                                    

Al escuchar el agudo sonido que venía de la cocina, apareció cerca de unos pocos segundos la misma figura de la señorita Luz. Parecia que había estado allí todo ese tiempo...
No le dí mas vueltas. Aun no había logrado conciliar el sueño así que las dos nos apresuramos.
Yo me intenté levantar como pude de la cama azul con las sabanas blancas y ella me cogió por debajo de la axila izquierda, llegando hasta la cadera. Asi podria bajar por las escaleras a la pata coja. Estuvimos por caernos tres veces. Una al comenzar a bajar las escaleras, otra por el medio, donde nos dimos cuenta de que faltaba la mitad de un escalón, y al final de las escaleras cuando el señor Torri (el camarero)
que subia con dos copas vacías para dejarlas en la cocina, estaba por las mismas escaleras pasando por otro pasillo. Por desgracia, una de las copas se rompió y otra se partió por la mitad. En dos trozos.
Esto pasó en medio de las doce personas que habia sentadas ya en la mesa. Nosotras, avergonzadas nos disculpamos al señor Torri y después a las doce personas que estaban empezando a tomar la cena. Habia invitados. Nuevos, esta vez. No los conocia ni los habia visto nunca. Eran dos personas: padre e hijo.
El padre se llamaba Gustavo y tenia una perilla muy elegante en medio de la barbilla. El niño se llamaba Robin y tenia trece años, uno más que yo. Era bastante guapo. Así que, sin disimulo alguno, me quedé embobada, mirandole. Alto, guapo, pelo y ojos marrones. Algo normal, pero, para mi era realmente atractivo. No parecia que tenia esos años. Igual que yo...
Comenzamos la cena, todo genial, solo hablábamos, risas, la cena estaba especial...
Hasta que una pregunta que siempre me hace sentir "torpe" ¿torpe? Si, no sé. Avergonzada, quizás.
El padre de Robin, fue el que hizo la pregunta:
- ¿ Y tú, Tania? ¿Crees que te gusta alguien? Hay por aquí muchos chicos guapos de tu edad. Y muy agradables, ¿majos? ¿Así es como se dice ahora para la gente "guay"?-
Esa pregunta hizo estallar carcajadas entre toda la gente. Se me pusieron los mofletes rojos y se me hincharon . No solía mentir, pero... El hecho de que supiera que me gustaba su hijo nada más verlo y conocerlo de media hora, me parecia un poco fuerte. Con seguridad en mi misma, solté:
-La verdad es que no. No me suele ir ese tipo de cosas. Se que algún día pasará, pero... Por ahora, creo que no me hace mucha falta-
Un silencio quedó en la sala.
Pero lo rompió la persona que menos me esperaba que lo rompiese. Robin
-Pues a mí si que me gusta alguien. No os voy a decir quien es porque me da vergüenza... Pero lo admito.-
Una sonrisilla tonta se le escapó. Lo raro es que me gustó. ¡Nunca jamás me han gustado las risillas tontas! Pero, ¿la suya? ¿Por qué si? Me siento tan rara... ¿Me estará gustando de verdad al fin alguien? No, no creo.
Lo mejor es centrarse. Ahora que me acuerdo, tengo las pruebas de vuelo mañana. Espero que al fin aprenda a volar y pueda escapar cuando me quede en situaciones como la que me pasó hace pocas horas.

Si os ha gustado hasta aquí estos primeros capitulos....
Ya sabéis jaja. Votad √
¡Espero que os guste y disfruteis! 😊

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 09, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

 El ArcangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora