Vagaba por el bosque. Era primavera, pero mis ojos estaban blancos como la nieve. Mis ojos solian ser verde oscuros, pero la niebla que habia allí me tapaba el color de los ojos. Seguia sedienta, caminando sin descanso, mis alas estaban caídas, de un color grisáceo. Aunque eran pequeñitas, todavía no me había acostumbrado al peso de ellas. Mi pelo, mi largo y precioso pelo de color miel, estaba hecho un asco. Roto por las ramas de los árboles cuando aún tenia la capacidad para correr. Nunca lo habia visto asi, no me habia sentido tan sucia nunca. Pero en esos moemntos, no me importaba nada mi físico. (Seria una estupidez)
Solo tenia 12 años, y estaba machacada. Sin comida, sin agua, sin poder ver, perdida... ¿Que podia hacer, yo, un pequeño angel al que hace dos meses le habian crecido las alas y todavia no sabia volar?
No pude más. Mis piernas ya no contenian la fuerza suficiente como para seguir adelante y temblaban como nunca me habian temblado, no sentia los brazos y creia que iba a ser mi última vez. Diria adiós...
-Hasta aquí llegué, han sido buenos años. Aunque un poco cortos...- me dije a mí misma, ya que no tenia fuerza ni para vocalizar las palabras.
Me dejé caer fuerte y bruscamente, sentí un "crack" y un dolor casi insoportable por un segundo en la parte de abajo de mi cuerpo. Me intente revolver de dolor, pero no pude. No sentia mi cuerpo, no lo podia controlar.
De repente, vi todo borroso, que cada segundo se volvia más oscuro..