Casa de pijamas

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A las exactamente 3:45 a.m. Michael sintió unos ruidos provenientes de el primer piso, decidió ignorarlos y continuar con su letargo, pero los ruidos, cada vez más fuertes obligaron al colorín a recibir el frío del aire en su piel. Usaba únicamente un buzo holgado y unos calcetines para calentar sus de por sí helados pies, los pasos subían las escaleras y a cada crujido la inquietud de Michael aumentaba mientras escalofríos lo recorrían entero.

Camino a la fuente del ruido y viendo a Luke subiendo con algo de comida su respiración se calmo y las palpitaciones disminuyeron, dando paso a una extraña sensación de diversión que lo llevó a aguantarse una sonora risa que amenazaba con explotar. Vió entonces la puerta de Calum entreabierta y una oportunidad disfrazada de sueño se hizo presente, haciendo el menor ruido posible caminó a esta y entro; en la leve luz de la noche distinguia la figura de Calum, por sobre las sabanas y que para sorpresa de Mike estaba desnudo, viendo algo único, se acercó y lentamente recorrió con su lengua desde la manzana de Adán de Calum hasta sus genitales, algo para lo que el chico se reservó.

Sus manos tocaron cada parte de él joven, quien sólo se revolvía en sueños, Michael lentamente se acercó a su boca y lo beso, por supuesto no hubo respuesta, sigue así hasta que en un momento dado, sintió presión producida por el pene ya erecto de Calum, al verlo no pudo evitar lamerse los labios imaginándose todas las cosas que podrían hacer.

-Estas despierto-Mike acusó, causando una sonrisa en el moreno, quien tan solo negó con la cabeza- que mal, porque pensaba en algunas cosas, como por ejemplo, que yo lentamente bajara a tu pene y lo chupara hasta que te corrieras, luego, quería ponerte en cuatro y hacer que mordieras la almohada para ahogar tus gemidos al yo penetrarte, pero qué triste que no estés despierto. Adiós

-Creo que me estoy despertando

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