Lady Li

4.- El dulce sabor del vino.

Todo esta marchando bien nada puede detenerme ahora que todo ya dio inicio.

Era de mañana y mire a mi alrededor nada cambiaba, todo seguía igual, me levante y me dirigí al baño necesitaba una ducha.

Muchas cosas pasaron por mi mente, por un momento pensé que era remordimiento, que me sentía arrepentida, pero no, no pasara, no lo estoy, continuare con esto sin importar que.

Salí de la regadera y me mire al espejo, los demás creerían que soy un monstruo, pero para mi eso era mentira, sabia porque lo hacia y para que lo hacia no estaba arrepentida, continuare esto, lo terminaré sin importar que.

Salí del baño y me vestí era hora de ver que pasaría en el día, estaba en el instituto y podía ver al grupo de Victoria tranquilos, al parecer esos cuatro chicos no simbolizaban nada.

Seguí a la siguiente chica a la numero cuarenta y seis.

Es una chica curiosa, es la mas callada de ese grupo pero al igual que las demás era una niña rica y mimada, una chica como cualquier otra sin gran importancia.

La seguí asta su casa antes de tomarla del cuello y aturdirla, ella callo al suelo.

- ¿ Tu ? ¿ porque ? - pregunto mientras me miraba aterrorizada.

No dije nada, solo le apuntaba con el arma mientras ella se derrumbaba psicológicamente.

Ella me miro con tristeza pero enojada a la vez.

- ¿ Crees que eso da miedo ? - pregunto.

Seguí sin contestar, solo la miraba a la cara con el arma en mano.

- ¡ Vamos dispara ! - grito angustiada.

No, no quería disparar pero de igual manera no la quería dejar vivir, ¿ Que me estaba pasando ? ¿ Porque no podía disparar ? Algo me retenía, algo no me dejaba tirar el gatillo.

Acaso esto es remordimiento, culpa, ¿ Piedad ?, no, no puedo dejarla viva.

- ¿ ¡ Que sucede ! ? ¿ ¡ Porque no me matas ya ! ? - me pregunto gritando.

Mi mano comenzaba a temblar, mi corazón se estaba acelerando, pero, que pasa, no puedo, no, no lo entiendo.

Ella se levanto lentamente del suelo y yo baje el arma, la mire pensando en el porque no podía tirar el gatillo y matarla de una vez.

Ella comenzó a dar un par de pasos hacia atrás y yo permanecía quieta.

Ella comenzó a correr, en ese instante levante el arma y le dispare en la cabeza.

Todo había vuelto a la normalidad, o al menos eso creí.

Camine hacia su cadáver y llene el clásico frasco con su sangre sin poder explicar lo que me paso.

De inmediato salí de ahí, me dirigí a casa algo aturdida por lo sucedido sin dejar de lado beber la copa que siempre bebo mezclada con la sangre de aquellos que ya cayeron.

El miedo que esa chica tenia era inminente.

- ¿ Que me esta pasando ? - me preguntaba a mi misma atolondrada.

Por suerte para mi no creo en los fantasmas.

Entonces creo que todo seguirá su curso, ya llegara el momento en que el mundo decida que hacer conmigo.

Me dirigí a casa con el arma en mano mientras las bocinas de la policía comenzaban a sonar, me fui de ahí tranquila pero algo melancólica y apaga en mi caminar.

Llegue a casa y me sentía vacía por dentro, como si esto ya no tuviera algún sentido.

- ¿ Me estoy arrepintiendo de comenzar esto ? - dije mientras me sentaba en mi sillón caro.