Estaba en mi habitación, de nuevo.
El viento era frío, como todo últimamente.
Decidí hacerlo hoy.
¿Para qué seguir viviendo?, no quiero crecer y vivir para estudiar mientras los otros viven sus vidas al limite, yo no lo haré porque no lo quiero.
No voy a seguir viviendo para trabajar y ganar dinero para sobrevivir , no voy a casarme para divorciarme después de 15 años de matrimonio, donde 8 de estos fueron fallidos, no me voy a casar para divorciarme después de 3 hijos, 15 peleas, 2 secretarías y 3 vecinas.
No, no quiero una vida aburrida y monótona.
Y aquí está mi carta de despedida, sin amor para nadie, porque a los que amo ya deberían saberlo.
Ya deberían saber lo cliché , no es su culpa, es culpa de la aburrida vida que no quiero para mí.
Porque no quiero envejecer y que de mis 3 hijos solo tenga contacto con uno.
Envejecer y perder el resto de mi vida en una silla tejiendo o cocinando, eso sí con suerte puedo caminar, de no ser así estaría jodida y maldita pegada a una silla siendo inútil.
Y peor, no vivir a tu lado cada una de estas cosas aburridas que seguro tú harías emocionantes, pero al parecer nos condenamos a morir.
Qué aburrida vida,¿no?