Historias Tontas E Ironicas Mías.

Tonterias sin lógica y sin respuesta.

La mierda va íntimamente asociada al acto que llamamos "cagar". Cagar proporciona grandes gozos a todo ser que lo realiza, por ello la mierda, o pisar una mierda, es sinónimo de eterna felicidad. Si el olor te persigue en la suela de tu zapato, eres afortunado, pero descálzate antes de meterte en la cama.

PEPITO le pregunta a su padre:
-papa que es la política?
-Veras hijo.. tu mama es la que da las ordenes y maneja el dinero osea "es el gobierno", yo soy el que trabaja y trae el dinero "yo soy el capitalismo", jacinta la empleada es la que mas trabaja "ella es la clase obrera", tu hermanito el es "el futuro del país" y tu hijo mio eres "el pueblo".
Esa noche PEPITO se levanta con hambre llega a la habitación de su madre y la ve durmiendo profundamente, pasa por el lado de la cuna de su hermanito y lo ve todo orinado y cagado, camino a la cocina de paso ve a su papa en el cuarto de la empleada teniendo sexo, abre la nevera y como no hay nada se vuelve a dormir.
Al otro día en el desayuno le dice a su papa
-Anoche si entendí bien lo que es la política papa; mientras el gobierno duerme el capitalismo se chinga a la clase obrera, el futuro esta hecho una mierda y el pueblo se muere de hambre.

¿Por qué la gallina cruzó la calle?

La gallina se sentó a la orilla de la carretera siguiendo su lógica interna, quienes alguna vez conocieron las variantes del final de la historia queriendo hacer un chiste existencialista, quizás nunca llegaron a entender su verdadera desesperación.
La desesperación de ser la primera gallina en realizar tal proeza de aventurarse más allá de los cánones impuestos, el realizar lo que por años la sociedad ha dado razonamiento y causa al cruzar de la calle, llegando quizás así a exponer su propia integridad con tal de cumplir con este ideal en el imaginario social que le fue impuesto. Pero a todo esto ¿Qué con la gallina?

La banalidad del todo se disolvía a su alrededor, su mente invadida por pensamientos suicidas remarcaban una ambiente funesto, no podía realmente encontrar algún sentido de este lado del camino, pero ir al otro implicaría aceptar ser víctima de una circunstancia contada por alguien más, olvidar el derecho a elegir vivir o morir siendo fiel a sus ideas, la superficialidad del universo en la nadaista era de lo absurdo.
La gallina se tomó a sí misma como una víctima de su mente, miró hacia el cielo y sabía que no había otro lugar al cual dirigirse, alguien en quién apoyarse, era ahora o nunca.

Nadie sabe realmente que sucedió con ella, algunos dicen que se quedó allí mismo, otros que cruzó como todas las demás, y algunos la ven todavía debatir consigo misma cada vez que alguien quiere hacerse el gracioso.