Not Today

Don't let you go

Cuando Barry termino de leer la carta, sintió un vacío en el estomago. Habían perdido a Caitlin, pero lo que más le asustaba eran sus últimas lineas.
Ella no podría considerar el suicidio, Caitlin era demasiado fuerte como para caer en algo así, pero Barry no quería tentar a su suerte.

-¿Hace cuanto se fue?-pregunto Barry a Cisco, el cual seguía llorando sin consuelo.

-Hable con el encargado de su edificio, me dijo que salió de su apartamento hace días, dándole esa carta diciendo que se la entregara a quien fuera a preguntar por ella. Barry tienes que buscarla, tu no la conociste cuando perdió a Ronnie por primera vez, ella es capaz de cumplir su amenaza.

Apenas Cisco termino de hablar, Barry salió corriendo a buscar a Caitlin, el corazón le latía a mil por hora, estaba en verdad asustado. Todo era su culpa, el que Jay entrara en sus vidas, en que tardara en recuperar sus poderes y así no poderla salvarla antes de que sufriera en manos de Hunter, también tenia la culpa en no haber visto cuanto ella sufría y no haberla ayudado a superar todo su trauma.

Había ya recorrido tres veces la ciudad entera, se sentía agotado y fatigado, pero tenia que seguir buscando a Caitlin. Paró en el limite de la ciudad. No podría buscarla solo, necesitaba ayuda.

Así que puso su mirada en la carretera y salió corriendo, necesitaba a sus amigos de Star City.

Dado que era de día, no podía ir al refugio. Así que tenia que buscar a Felicity en las oficinas de Palmer Technologies. Cuando entró, pidió ver a Felicity y así fue conducido a las oficinas de Felicity Smoak.

Al entrar a la oficina, pudo ver a su amiga en una computadora jugando con una paleta de cereza en su boca.

-Felicity-dijo el castaño, haciendo que la rubia alzará la cabeza y lo viera con asombro.

-Hola Barry -Dijo Felicity de una manera asustada- ¿Qué te trae por aquí?

-Necesito tu ayuda, Caitlin ha desaparecido, y no la he podido encontrar por ningún lado y temo que pueda hacer algo muy malo.

Para este punto el Velocista escarlata estaba a punto de colapsar, sus pies le dolían de una manera extrañas y las lágrimas amenazaban con salir.

Felicity suspiró, dejo de jugar con su paleta.

-Barry, tengo que decirte algo.

Después de su nombramiento como alcalde Oliver Queen podía decir que era un hombre muy ocupado, tanto como alcalde como héroe. Así que, cuando tenia un momento libre, lo utilizaba para poder descansar.

Ahí estaba Oliver, sentado en su silla suspirando y tratando de despejar su mente. Tal vez Queen en carecía de buena suerte.

La puerta se abrió de repente acompañada de un estruendoso ruido. Oliver rápidamente se incorporó, para ver a un Barry Allen bastante molesto.

-¿Por qué lo hiciste Oliver? ¿Quién te dio ese derecho? -Grito exasperado el chico.

Oliver debía admitir que el Meta-humano si podía resultar aterrador cuando se enojaba. Pero aun así, mantuvo la calma.

-Lo hice porque ella me dio el derecho. Necesitaba ayuda y yo se la di

Barry quería golpear a Oliver, al verlo tan tranquilo y sereno, mientras que el se consumía en la agonía de haber traicionado a una de sus mejores amigos.

-¿Por qué no la de tuviste? Podrías haberme llamado y yo iría por ella
¿Por qué no lo hiciste? -Dijo derrotado Barry, solamente pudo sentarse en una silla y agachar la cabeza, en verdad Barry podía sentir todo el peso de la culpa.

-No la detuve, porque ella lo necesita. Barry tu no sabes lo que es sufrir y rogar todas las noches morir, tal vez ella no fue torturada físicamente, pero si psicológicamente, necesita su espacio, yo entiendo a Caitlin y es por eso que la he ocultado, de todos y especialmente de ti.

Al escuchar las últimas palabras de Oliver, Barry levanto la cabeza ¿Por qué Oliver tendría que esconderla de él?

Como si el arquero hubiese leído su mente, habló.

-Porque ella esta enamorada de ti.

Barry se incorporó inmediatamente.

-Eso no es verdad.

-Claro que lo es, ella tal vez no me lo dijo. Pero años de experiencia me han podido ayudar a descubrir su secreto, así que además de recuperarse del secuestro de Zoom también debe de sanar su roto corazón y seguir adelante, es por eso que le he ayudado. Tal vez algún día vuelva.

Pero hoy no.