Encierro

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Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic...

Me gusta la lluvia, siempre me ha gustado, desde que era niño, cuando vivía en la tierra de los dioses, una existencia sin duda mucho más placentera que los caminos que me tenía preparado el destino cuando el inútil de mí padre decidió renunciar a su divinidad y nos arrastro con él para vivir entre meros humanos, seres inferiores que no tardarían en crear un infierno para nosotros tan pronto como supieron quienes éramos, no entendían que debían adorarnos, todos ellos lo pagaron, no se puede eliminar la sangre de los dioses con tanta facilidad como ellos querrían y lo último que vieron fue una sonrisa, todo el mundo debería tener ese último recuerdo, una sonrisa.

Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic...

De pequeños estábamos muy unidos ¿Lo recuerdas Roci? Te protegí, te protegí cuando nos perseguían, te protegí para que no te golpearan hasta hacerte sangrar, tuvimos que comer basura, tuvimos que huir, tuvimos que tener miedo y hambre pero aún así siempre traté de protegerte de todo lo malo, pero ese inútil padre nuestro era incapaz de arreglar lo que había echo y madre murió... Sé que me consideran un monstruo, un ser sin sentimientos, en parte tienen razón supongo pero es mucho más complicado que eso y creo que ese monstruo que tú siempre consideraste que fui nació con la muerte de nuestra madre... Ese fue el verdadero comienzo del infierno que pensaba crear

Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic...

Estúpido hermano, no sabes la satisfacción que sentí al apretar el gatillo que acabó con la vida de ese despojo, claro que te oí pedir que no lo hiciera pero ¿No ves que era el único modo en que podía ser perdonado? La sangre se paga con la sangre y él fue el responsable de la muerte de nuestra madre, fue el responsable de las torturas a las que nos sometieron hasta casi matarnos, fue el responsable de todo lo que nos pasó, claro que para cuando eso sucedió yo ya era un monstruo. No me malinterpretes, sé lo que soy, lo sé muy bien, siempre fuimos diferentes caras de una misma moneda condenados a caminar en este mundo de seres inferiores, la luz más brillante y la oscuridad más absoluta.

Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic...

Eras un inútil, un lastre, torpe y mudo cuando nos volvimos a ver y, por mucho que a Law le haya podido decir lo contrario, me alegré de verte, me alegré porque por aquel entonces no porque siguiera sintiendo cariño por mi familia biológica sino porque eras como ella, como nuestra madre. Me alegró ver que estabas vivo, tenía a otros a mí lado, una nueva familia pero faltabas tú, las dos caras de la misma moneda ¿Recuerdas? Bien que me pesase para estar completo te necesitaba, quizás por eso tu traición me dolió tanto, hubiera hecho cualquier cosa por ti y tú por mí... o eso creía, tus lealtades habían cambiado, hubiera deseado que fuera de otro modo, que la sangre que corría por nuestras venas hubiera significado más para ti pero en vez de eso me obligaste a volver a apretar el gatillo manchándome las manos con la sangre del último miembro de mí familia.

Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic, Plic...

Sigo escuchando la lluvia desde la celda de kairoseki en la que me tienen encerrado para que no pueda usar mis poderes, no hay ventanas ni aire fresco, sólo oscuridad y barrotes, siquiera están cercas los miembros de mí familia, creen que el aislamiento me irá bien, que soy contagioso en mi locura, como una enfermedad, desde luego es una idea muy divertida ¿De verdad creen que si ellos no fueran como yo se habrían quedado conmigo tanto tiempo? Yo no les obligué, no les obligué a unirse a mí, no les obligué a quedarse junto a mí, fue decisión suya, de los más de cien niños que pidieron unirse sólo cuatro aguantaron el resto se fueron... y no les pasó nada, no les toque ni un solo pelo de su cabeza.

Demonio CelestialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora