Prólogo.

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2:45 am, todos duermen en las calles de París.
Quizás algún gato callejero pasea por los tejados, pero nada mas se podía ver.
Era pura paz, tranquilidad.

La brisa de invierno azotaba algunas ventanas, pero su sonido era por mínimo molesto, hasta ayudaba a la tranquilidad del sueño.

Pero claro, esa paz parecía una falacia, una mentira, pues el mal no descansa. Y nuestros héroes, tampoco.

—¡Chat! Vamos, gato dormilón, ¡Ese Akuma se escapará! — La voz de la heroína de rojo vestir hizo eco en las vacías calles parisinas, alertando también a ese ente contaminado de las fuerzas malignas de una victimizada mariposa blanca.

— Pero My Lady, soy un gato, a estas horas necesito dormir. ~ — Respondió su acompañante, mientras un largo bostezo escapaba de sus labios.
Si bien corrían velozmente, no parecía ser suficiente para alcanzar al nuevo enemigo.
Este era más aterrador que todos los que alguna vez habían combatido, era casi un demonio, y no parecía tener ningún objeto akumatizado para destruir.

Pero eso no detenía a los héroes, de evitar que algún destrozó despertará a los ciudadanos, y que este ser dañase a algún inocente.

— No puedo ni alcanzarlo. — Dijo LadyBug, con enfado, al notar que nuevamente su yoyó no fue capaz de apresar a la bestia. — Chat, ayudame, ¡Que ese cartel caiga sobre él! —

Esas simples palabras fueron como una orden para el chico, quien al momento de hacer su 'Cataclismo' aparecer, corrió a un viejo cartel de elecciones sobre la bestia.
Un error de cálculo, y en vez de ver como el Akuma era aplastado, lo vieron partirse a la mitad.

—¡Dios no! ¡La víctima! — El grito aterrado de la heroína, al verse incapaz de salvar a ese pobre ciudadano desconocido, alteró al gato, quien también se mostró asustado. ¿Lo había matado?

Con apuro ambos adolescentes corrieron a donde el cuerpo casi demoníaco estaba partido en dos, pensando que en su interior habría un humano destrozado, muerto.
Pero no, este akuma era una masa negra, casi lava de color oscuro. De aquel liquido, dos mariposas oscuras renacieron, pasando por los pechos de Chat y Lady, atravesando como si fuesen fantasmas.

Un susurro.
Una voz que grita.
Sus amores.
Sus amados.
Gritos desgarradores de dolor.

¿Marinette? ¿Adrien?
Gritos gritos.
Oscuras sombras que pasaban a su lado, al lado de los desmayados Lady Bug y Chat Noir, sombras iguales a ellos, sombras que los levantaban del suelo.

Y luego...nada.
Color negro a su alrededor.

Lo siguiente que se escuchaba, eran pájaros en una mañana, cantando en la ventana del cuarto de Marinette, afirmando la mañana.

—Mari, levantate. No querrás llegar tarde a tu segundo día de clases, ¿no? — Una voz familiar, cálida, sonó en el cuarto de la heroína, quien dormía plácidamente en su cama.

— Bridgette, dejame unos cinco minutos más... — Un momento...¿Quién es Bridgette? — ¿Qué?—

Los ojos de Marinette se abrieron con velocidad, mirando anonadada a la muchacha de coletas, como ella usaba, pero con su cabello más largo, tenía una figura más madura, mas esbelta, y rasgos mas finos y delicados en su rostro.

Era como ella, pero unos años más grande.

— ¿Qué pasa niña? Parece que viste un fantasma, ¿De la noche a la mañana te olvidas de tu hermana? Vamos, despabila y al colegio. — Su tono de voz era agradable, como si en verdad esa muchacha desconocida fuese su hermana.

Quizás si era su hermana, tenía vagos recuerdos brotando en su mente, ella de joven, y Bridgette, su hermana.

— Eh... si, ya voy, deja que me vista, por favor. — Dijo Marinette, mientras que veía a la figura de aquella desconocida hermana, retirarse en las escaleras. — Que raro, Tikki, juraría que no conozco a esa chica... —

Silencio.

— ¿Tikki? —

Una vez más, silencio.

— ¿Quién...es Tikki? Debo apurarme, Bridgette prometió llevarme a mi segundo día de clases, como recompensa de no haberme llevado el primero... —

Y como si piezas encajaran, Marinette, comenzó a vestirse.
Tikki...
Lady Bug...
Chat Noir...

Que raro sueño.
¿Marinette de heroína de todo París? No, imposible. Es un sueño, eso eso.

Pero parecía tan real.

— Supongo que algunos sueños parecen muy reales. —

Realidad Distorsionada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora