La necesito.

205 4 0
                                    

Heller

Tamborileo los dedos frustrado, mirando furioso a la mujer sentada frente a mi

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Tamborileo los dedos frustrado, mirando furioso a la mujer sentada frente a mi. Decidida a hacerme la vida imposible con su renuncia.

-Puedo darle más dinero- ofrezco desesperado.

-Ya no quiero trabar más con usted.

-Puedo darle lo que desee.

-No quiero trabajar con un asesino- Dijo con la mirada firme- por favor firme los   papeles y tendré discreción. No diré nada- Añadió tendiéndome unos papeles junto con un bolígrafo.

Le lanzo una mirada fría y enojada. Nerviosa se remueve y me señala los papeles.

-Por favor.

Cierro los ojos soltando un gran suspiro, esto será una mierda. Agarro los papeles y los leo, una carta de renuncia. Añadió lo de mantener discreción y no decir ni una sola palabra.

Tras media hora repasando los documentos en un silencio sepulcral, sin decir mas los firmo. Ella suspira aliviada y me los pide, levanto un dedo en petición de un momento. Me levanto a sacar un par de fotocopias al documento con mi impecable firma. Luego se los entrego y ella  despavorida sale corriendo, con sus dos maletas resonando por el piso de mármol.

Puta vida. Me quede sin enfermera privada, lo que indica más problemas ya que no puedo ir al hospital con tranquilidad. No podré llegar con heridos de bala sin la policía como petos por ahí. Joder. Tendré que buscar a otra. Mary era una dulce señora de 43 años, que al enterarse lo que hacía no dudó en renunciar.

Sin pensarlo más llamo a Felix, mi mano derecha, mi mejor amigo. Que gay sonó eso.

A los tres tonos  me contesta.

-Hey culero! Que pasa?- medio grita para que lo escuche por la bulla del pub.

-Vente para acá, que tenemos cierto problema

-Pero estoy con una rubia...

-Ahora he dicho!- le rugo, odio que desobedezcan.

- Ya ya ya... linda nos vemos otro día... si?

Cuelgo. Siempre lo mismo Felix de borracho causando problemas. Mientras tanto me encargo de revisar que los pedidos hayan llegado, confirmándolo con diferentes llamadas telefónicas.

Necesito una copa. Esto es una mierda.

Interrumpiéndolo todo, Felix entra a mi despacho golpeando la puerta y con una peste a alcohol descomunal y encima es martes.

-Qué querés?- dice con un bufido.

-Estúpido, Mary se fue y TODO ES TU CULPA!!!

Me mira asustado, sabe que ella era muy importante. Sin ella no podemos atender a nuestros hombres.

La enfermeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora