Samantha
Con taquicardia y adrenalina cierro de golpe la puerta de entrada de mi casa apoyándome en ella deslizándome. Inhalo y exhalo como por 5 minutos. Pero una bestia descomunal se pone a aporrear mi puerta. Sin medir mis acciones la abro de golpe.
-Qué coño...?- dejo la frase en el aire.
Heller con una mirada consumida en las llamas me empuja entrando y cerrando la puerta. Me mira dilatando la nariz por su acelerada respiración.
-No lo repetiré una vez más...
No aguanto más esta mierda.
-Sabes que?- suelto con sarcasmo levantando los brazos con dramatismo- acepto tu jodido trabajo, espero que así se te valla tu berrinche.
Me mira asombrado y de un rápido movimiento me empotra en mi puerta, arrinconándome.
-Oh cariño- susurra en mi oído- no pararé hasta tenerte otra vez entre mis sábanas.
-Depravado.
Lo empujo lejos de mi y lo miro con enojo.
-Esperame en mi living para hablar de las pautas de...-le señalo el sillón- este trabajo, me iré a cambiar.
No me voy hasta que compruebo que se fue a sentar. A las carreras me voy a mi habitación. Elijo mi nueva sudadera negra que adquirí de la colección de Rihanna de puma, la que tiene escote en la parte de adelante pero que es disimulado con cuerdas con un top neutro negro, junto con un short Adidas calzándome una de las chanclas peludas -que amo con mi vida- de la misma marca y color de mi sudadera. Finalmente me hago una coleta alta desordenada. Amo los looks deportivos street. Sin más vueltas me voy hacia donde esta el tipo y lo veo mirando todo curioso.
-Deseas algo de desayunar/almorzar?
-Tu coño.
-JA JA JA- exclamo con sarcasmo- Que gracioso.
-Tu invitas.
-Como sabras soy alemana y te digo con anticipación que no somos pacientes.
Me dirijo a mi cocina para prepararle el desayuno a este imbécil. Aunque estudié enfermería, por poco me meto en gastronomía se me da muy bien cocinar aunque no lo haga muy a menudo. Saco lo necesario para unos creps, unos huevos revueltos y pan para tostadas. Voy poniendo en la mesa en la que ya se sentó Heller tazas, platos, café, leche, té, etc. para que el empiece a servirse.
ESTÁS LEYENDO
La enfermera
RomanceHeller Wilkins no se rinde. Necesita a una nueva enfermera que se encargue luego de cualquier enfrentamiento, lejos de cualquier policía o cosas legales. Y la ve, a Samantha Neuer. Firme y recta. Hermosa y calculadora, ella sabe lo que le conviene...