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A la mañana siguiente amanecimos en mi cama y para agradecerle lo que había hecho por mí decidí ir a prepararle el desayuno. Bajé y entré en la cocina, me puse los cascos y comencé a preparar tortitas. Cuando terminé, José aún seguía en la cama por lo que fui a despertarle

-José, ¡despierta! - dije lanzándole un cojín

-Mmm, cinco minutos m... - se levantó con cara enfadada- ¿Era necesario lo del cojín? - preguntó incorporándose, lo miré con una sonrisa y le dije orgullosa que el desayuno estaba listo.

Bajamos a desayunar

-¿Tú has hecho todo esto?

- Si - dije con una sonrisa

-Esta todo delicioso, ¿Qué te apetece hacer hoy?

- Gracias, - era año nuevo y en el centro ponían una pista de patinaje sobre hielo - podemos ir a la pista de patinaje del centro. Nunca he patinado sobre hielo y me parece una buena idea. Voy a avisar a mis amigos.

-Me parece buena idea

Chicos, nos vemos esta tarde en la pista de patinaje sobre hielo del centro :)

Ninguno habíamos patinado antes sobre hielo, por lo que nos daba un poco de cosa ya que seguro que nos íbamos a caer, pero seguro que lo pasaríamos bien. Y así fue, nos pasamos más tiempo en el suelo que patinando, pero fue divertido. Como era tarde decidimos de cenar en la pizzería de allí y tras eso nos fuimos a casa. Hoy estábamos todos muy cansados, por lo que nos quedamos dormidos muy pronto.

A la mañana siguiente fuimos a pasear a mis perras y recordé lo que Alex me había dicho en la fiesta

- José ¿sabes que me dijo Alex el día de la fiesta?

-¿Qué?

-Que me había dejado de hablar por miedo...

-No lo creo. Si es tan hombre estoy seguro de que se hubiera arriesgado

-Yo también lo pienso

- Oye Katy

-¿Sí?

-Ayer me llamaron tus padres, dijeron que iban a volver antes de lo previsto, por lo que ya no les hará falta mi ayuda. Esto no es una despedida, estoy seguro de que nos veremos antes de lo que imaginas. Me ha encantado conocerte - dijo en voz baja.

No sabía que decir, ¿ya se iba?...

-¿Cómo? ¿Ya? Pe...pero... -me entraron ganas de llorar.

No le dije nada, el camino a casa fue muy incomodo. Una vez en casa me dirigí a mi cuarto y di un portazo. No me lo podía creer, no quería que se fuera. Me quedé dormida.

A la mañana siguiente no me quería bajar de la cama, quería estar allí todo el día, todo el tiempo. Escuché como unos pasos se dirigían al piso de arriba y se pararon frente a mi puerta, me hice la dormida. Abrieron la puerta y pude sentir su olor. Era José, vino a despedirse... Me dijo que todo iba a ir bien, que le habían concedido la Erasmus y que se iba a ir un año a Francia a estudiar, que dentro de un año nos volveríamos a ver y que no íbamos a dejar de hablar, que nada iba a cambiar, solo la distancia.

-La distancia ya hace que cambien muchas cosas... - le dije mirándolo

-Cambia si se quiere... y yo por lo menos no quiero

-¡José! Ya está el taxi - gritaron desde abajo

-Bueno pequeña, es hora de irse. No me eches de menos y sobre todo no cambies mucho, verás como pasa el tiempo rápido - dijo dándome un casto beso

-Adiós José...- sentí mi voz entrecortada y mi vista nublosa, no lo podía creer... Se iba, de verdad...

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