Esta es la historia de un triste caballero, aquel que regalaba sonrisas; pero que a pesar de eso, su rostro y alma nunca portaron una.
«¡Oh! ¡Pobre caballero! ¿Por qué nunca sonríes? No podría terminar mi vida sin al menos una vez observar tan pura sonrisa.»
El caballero sólo guardaba silencio.
Oh, la princesa, tan enamorada de su caballero; quien le ha sacado miles de sonrisas, mas nunca ha visto la suya.
Toda su vida, persiguiendo una sonrisa de una vaga ilusión.
Esperando una sonrisa de su amado.
El tiempo paso, y la princesa se volvió reina.
Más su caballero nunca sonrió.
«Oh, mi querido caballero.. ¿Acaso no te hago feliz? Quisiera que sonrieras tan solo una vez para mi»
«Mi reina, lo lamento muchísimo; pero eso no sera posible»
Desde aquel día la reina cuestiono seriamente al caballero, pensado que este no la amaba.
La reina paso días llorando, los guardias al ver esto llamaron a el caballero. El caballero sumamente preocupado, fue en busca de su reina.
«Oh, mi querida reina, ¿Por qué ya no sonríes? ¿Hay algo que pueda hacer para que tengas esa deslumbrante y cálida sonrisa en tu rostro de porcelana? Oh dímelo, reina de mis sueños»
La reina solo guardó silencio.
La reina ya no sonríe.
«Oh, caballero.. ¿Qué debo hacer para que sonrías para mi? Tan solo dímelo, una diminuta sonrisa deseo»
«Mi reina, me temo que no puedo»
«¿Por qué no puedes sonreír, oh caballero, ¡dimelo!»
La reina se echo a llorar en su trono, el caballero al ver esto, se fue algo triste y pensativo.
Al llegar la noche, la reina fue invitada a una cena en lo alto de su castillo; extrañada por no haber ella organizado tal evento, asistió.
En aquel lugar se encontraba el caballero, esperándola.
«¡Oh mi caballero! ¿A qué se debe esto?»
El caballero solo guardó silencio, indicándole que tomara asiento. Terminada la cena, el caballero se levanto de su asiento.
«Oh mi querida reina, yo te amo con locura desmedida; dime que nunca me olvidarás»
Y el caballero sonrió, su sonrisa era hermosa; reflejaba amor, nobleza y fidelidad.
La reina volvió a sonreír.
Y el caballero de desplomo. Murió.
La reina horrorizada corrió a socorrerlo, pero ya se encontraba sin vida; pero con una sonrisa en su rostro.
Sin pensarlo dos veces, esta tomo el cuerpo de su amado y junto a el, se arrojo al vacío; acabando con su vida.
Esta es la historia de dos jóvenes enamorados que no pudieron vivir en carne su amor.
Uno sacaba miles de sonrisas del otro.
Y el otro a pesar de siempre sonreír; no podía ver la sonrisa de quien las causaba.
El triste caballero
Y la inocente princesa.
