— Ok, yo no me esperaba eso.
— Ahora siento que mi cara está a punto de explotar.
— No tengas pena... Todos tienen derecho a enamorarse.
— Lo sé... Pero creo que esto me va a poner la plática entre nosotros un tanto incómoda.
— Pues la verdad no creo que sea tan malo.
— Por?
— Porque tú eres una niña muy bonita, alegre y pues siempre me sacas una sonrisa.
— Nada que ver con el tema pero... Ok, gracias.
— Bueno, yo solo trato de ayudar.
— Cambiando de tema... Que va a hacer para el martes?
— El martes? Por qué el martes?
— Porque el martes es el día de la madre...
Henry se quedó pensando por un rato y luego contestó:
— Voy a cantar.
— Es cierto que todo lo del asunto de que me gustas está siendo de golpe, pero no me tienes que copiar.
— Copiarte?
— Yo todos los años, para el día de la madre, he pasado a cantar.
— Bueno, eso yo no lo sabía.
— Acabo de acordarme de algo.
— De qué?
— Tengo una sorpresa para ti?
— Para mí?
— Sí.
— Y qué es?
— Si te digo ya no será sorpresa.
— Eso lo sé... Pero dime.
— Oki pos. Lo que pasa es que yo todos los años, no importaba para qué ocasión fuera, siempre cantaba con mi prima. Y hace poco que ella se fue a otra iglesia y ya no pudimos cantar juntas.
— Qué mal... Lo siento mucho por ti...
— Mi prima es alguien que desde que tengo memoria he amado. Ella es CASI que mi todo. No importa que cuando eramos pequeñas ella me haya roto la cabeza. Creo que eso fue algo que me hizo quererla porque antes de eso nos llevábamos bien pero desde entonces no la quiero, la amo.
— Te rompió la cabeza?
— Bueno, solo me sacó un montón de sangre pero casi no me dolió.
— Por eso eres alegre.
— Loca, diría yo.
— En eso ya no me meto yo.
— Malo.
— Mejor seguí... Todavía no sé cuál es mi sorpresa.
— Bueno, la sorpresa es que el martes la va a conocer.
— De verdad?
— Sip... La dos personas que más amo en el mundo, juntas en un solo lugar...
— Leí bien? Las dos personas que amas? Así que no solo te gusto?
— Mira, ya son las cinco de la tarde... Ya me tengo que ir a la iglesia... Bye...
— Espera...
Abigail se desconectó y se alistó para ir a la iglesia.
Al día siguiente le contó a Tatiana (su prima) todo lo que había pasado el día anterior. Nadie más que Henry, Abigail y Tatiana sabían qué es lo pasaba entre ellos realmente. Porque sin que Henry se diera cuenta, Abigail informaba a Tatiana todo lo que le pasaba día a día.
A Tatiana le gustó la idea de conocer al portador de lo que le atraía a Abigail y le dijo que iría a conocerlo
Y bueno, se llegó el 10 de mayo. Eran las 11 de la mañana y:
— Listo para hoy?
— Sí y tú?
— Algo nerviosa pero lista.
— Sabes, como ayer me escribiste temprano, pensé que ahora lo harías.
— Da pena decirlo pero hasta ahorita me voy levantando.
— Por qué?
— Es que yo duermo como oso (literalmente)... Me duermo temprano y me levanto tarde... Pero lo raro es que cuando me duermo tarde, me despierto temprano...
— Ok, qué raro.
— Sip.
— Lo siento por dejarte cuando a penas empezamos a hablar pero tengo que ir a comer.
— No importa, buen provecho.
— Gracias, igual... Para cuando vayas a desayunar... Jajaja.
— Jajaja... Qué malo!
— Jajaja, bye.
— Oki, nos vemos a las tres.
— Salu.
En la iglesia se hizo todo el programa que había para el evento del día de la madre y cuando se llegó la hora de pasar a cantar todos los que iban a cantar a las madres pasaron e este orden: Primero, pasó Lucía. Luego, pasó Denisse (una niña de 9 años) que tenía un regalo para su madre y para su abuela. Después, pasó Abigail y por último, pasó Henry. Abigail no paraba de verlo en toda su canción porque ella sentía que la estaba cantando para ella y no para las madres. (La canción se llama "Perfume a tus pies").
Esa era la primera vez que Abigail veía a la madre de Henry, y se asombró un poco porque realmente, Henry no se parecía en mucho a su mamá; pero bueno, Abigail no podía hacer nada al respecto.
Al llegar a su casa, Abigail agarró su teléfono y:
— Sabes, la verdad es que sí te amo.
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No estamos tan lejos, los dos vemos la misma luna
RomanceEsta historia está basada en la vida real