Jace Oxford. El Jefe de Mamá

Capítulo 8: Pov Jace

Capítulo 8: Pov Jace.

¡Que lo disfruten! Va a ser creo que el único capítulo que narre Jace.

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-Gracias por el desayuno Sara, ya me voy- Le dije a la cocinera.

-Que tenga un buen día Señor- Me respondió.

Salí de mi piso antes de lo normal porque debo buscar a Ainoa.

Sí, a mi punto de vista tenemos ''algo'' y debo llevarla al colegio.

Agarro el BMW y salgo para su piso.

{***}

-¿Qué haces?- Me preguntó confundida cuando llegó.

La tomé de la cintura y la besé, me siguó el beso.

-Hola- Dije cuando nos separamos.

-¿Y eso?

-Un beso- Dije obvio.

-Ya lo sé idiota, pero, ¿Por qué me besaste?

-Porque quiero besar a mi chica- Se me salió- Vamos, te llevo- Le abrí la puerta de copiloto.

Conduje hasta su escuela e intentó bajarse pero la me agarré del brazo obligándola a girar y le di un fugaz beso.

-Adiós- Le dije.

-Adiós- Dijo algo idiota por el beso.

{***}

Estaba en mi oficina acomodando unos papeles cuando suena mi teléfono.

Llamada telefónica:

-Diga.

-Jace, nieto querido. ¿Cómo va todo?- Dijo mi abuelo.

-Todo bien abuelo, aquí con la empresa, lo normal.

-Hablando de la empresa... Tengo que informarte que tendrás que casarte- Dijo tranquilo.

-¡¿QUÉ?!

-No grites, si vamos al caso tú ya tienes novia, ¿Qué tiene de malo casarte con ella? Además, es una tradición casarte para heredar las empresas, es una ley familiar.

-Eso es imposible, no puedo casarme.

-Claro que puedes, y lamentablemente si no lo haces no tendré más remedio que desheredarte y darle las empresas a Josua que seguramente tendrá menos peros para casarse. Piénsalo. Tienes 1 mes para buscar una esposa y planificar todo.

-Está bien- Bufé.

-Nos vemos luego.

-Adiós.

Fin de la llamada.

Arrojé el teléfono contra la pared.

¿A quién le puedo pedir que sea mi esposa? A...a... ¿Ainoa? ¿Dirá que sí?

Sino, puedo pedirle a otra que haga el favor de casarse conmigo, o más bien, que firme su sentencia de muerte y se case conmigo.

Decidido, le pediré a Ainoa.

{***}

-¿Qué tal tu día?- Le pregunté

-Normal.

Estábamos en mi departamento ya que yo quería que viniera para decirle.

-¿Y para qué me llamaste?