27. Amor inevitable.

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Subí y entre a su habitación, esperaba que cuando entrara Sofica estuviera despierta nada mas me quedaba esperar eso.

Me acerque lentamente a la cama y tome su mano solo para saber si estaba despierta, al tocar su mano movió la cabeza para verme niya que no puede hablar, el amor en sus ojos era inevitable e intenso, me acosté en un espacio de la cama y entrelace su mano libre con la mía, hasta en día siguiente.

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Al día siguiente sentí una mano sobre mi brazo, desperté y vi que era Andrés no le dirigí la palabra simplemente salí de la habitación, desayune. Llame a mi papa para preguntar como estaba.

Llamando José Silverstone.

José: hola hija como estas?

Vero: aquí papa y tu?

José: bien hija, que paso te noto algo triste?

Vero: nada que Sofia tuvo un accidente y no esta bien.

José: tranquila vero, tu me has hablado de ella y en ti se nota que la amas, ella estará bien, mientras ella sienta que la amas.

Vero: tu crees?

José: no creo, estoy seguro.

Vero: bueno papa, espero.

José: si hija ya veras, te dejo que ando trabajando.

Vero: dale papa, te quiero.

José: yo mas hija.

Corte la llamada, y Andrés salió de la habitación. Sinceramente que hace el aquí?

Andrés: hola.

Vero: hola.

Andrés: gracias por quedarte con ella.

Vero: no hay por que, yo la amo.

Andrés: yo también.

Vero: no parece.

Andrés: ella te contó, cierto?

Vero: si eso estuvo mal de tu parte, permiso.

Andrés: oye, oye.... Ya va.

Vero: que?

Andrés: no lo quise hacer.

Vero: bueno pero ya esta, y se complico por tu culpa con un morado que tiene  en las costillas y adivina que... Hay que operarla, lindo, no?

Andrés: no sabia que podía empeorar.

Vero: pues sépalo, permiso.

Baje a la cafetería y compre algo de tomar. Y salí un rato del hospital. Fui a una tienda, y vi unos hermosos anillos con dos corazones cada uno. Le pedí a mi papa que me transfiriera para poder comprarlos, seria uno para Sofi y el otro para mi.

Los compre, y volví al hospital. Decidí dárselo cuando le dieran de alta.

Cuando volví sus padres ya habían llegado, el papa de Sofi le decía algo a Andrés, que? No se, pero estaba muy furioso, y pensar que el hombre que amaba a se muchacho lo sacaría del hospital a la fuerza.

Corrí hacia la habitación y tome la mano  de sofi, lentamente me acerque a ella.

Vero: eres libre, ya no te golpearan mas.

La chica por lo tubos en su garganta no dijo nada, pero una lágrima callo se sus ojos de felicidad, su alegría se veía y su amor también.

María: Vero, puedo hablar contigo?

Vero: claro.- Dije saliendo de la habitación- ¿Que puedo hacer por usted?

María: nada hija, solo agradecerte tanto amor hacia ella.

Vero: eso no tiene por que agradecerlo.

María: eres una gran chica, espero que Sofi te sepa cuidar muy bien.

Vero: gracias, ella ya lo esta haciendo.

No se por que, pero es amor por esta chica y su familia crece cada ves mas.

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