Cuando muera, al mierda me quiero ir al infierno. Porque soy un pedazo de mierda y no es difícil decirlo. No tendría sentido irme al cielo con miles de idiotas vestidos de blanco y aureolas brillantes.
Toda mi vida fui considerado el peor, mintiendole a mi madre, rogando el cariño de mi padre. Hipócrita tras hipócrita, cientos de personas apiladas en el tacho del desprecio. Se que mi madre hubiera preferido tener un aborto. Ella no me ama como la hacia cuando era un bebé, succionando de su pecho solo para calmar mi maldita hambre.
Te dije muchas veces que no lo haría, pero la verdad es que no hay momento en el que no lo haya pensando. Las posibilidades eran infinitas, las maneras, los medios, eran grandes. Me pregunto, si es que muero, lágrimas saldrían de tus ojos? Existen muchos sentimientos de culpa, de ira, de soledad, de desprecio y odio. La gente no me quiere, y lo entiendo. Tu me quieres? Después de esto creo que no. Me odias. Lo haré, lo resolveré por ti...
Soy tu problema, se lo que piensas, que no soy una persona feliz, soy un problema. No debería justificarme, lo sé. No, jamás lo haré. Siento haber sido una carga, yo se que es así. Pero no, no voy a ser el que se retracte.
¿Qué debo hacer? ¿Qué es lo qué quiero?
A ti...Llegó el día. Cuando leas esto, todo habrá acabado.
No me olvides, y lo siento. Soy un cobarde, siempre lo supiste.
Tomaré un trago, y terminaré con esta novela de drama absurdo, con esta estúpida historia sin sentido.
Adiós...Fue la nota que encontraron el día 2 de agosto. Junto a ella un charco inmenso de sangre y un cadáver frío comenzando su ciclo de descomposición. Un agujero de unos 3 cm de diámetro en todo el centro de la frente y una cantidad de sesos esparcida en el suelo. El cuerpo tenía dos días desde su deceso.
Si, me maté. Acabé con mi maldita vida y empezó mi maldición. No estás aquí. Me enterraron y me olvidaron. Nadie me visita y lo entiendo. Quisiera saber que ha sido de ti, que has hecho durante todos estos años. Te volviste inalcanzable, o ya lo eras. Nunca lo entendí. Por qué tuve que cruzarme. Debí haberme quedado en las sombras junto a mis demonios, quizá la decisión hubiera sido más fácil. Ya no hay vuelta atrás. Quisiera regresar el tiempo. Repetir la primera vez. Una vez más...