Capítulo uno

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Hoy había sido un día como siempre, la misma rutina. Me desperté a las seis, una ducha fría y abrir la cafetería a las siete y cuarto, encender todas la maquinaria, preparar el horno y empezar a hacer la bollería necesaria, tomar mi café a las siete y media, recibir la mercancía a las ocho, como siempre con retraso en sus llegadas, y abrir a la clientela la cafetería a las ocho y cuarto.

Y, por supuesto, el primer cliente del día había sido ese chico de pelo negro y ojos pintados tan extraño que se pasa horas y horas en la cafetería, sin parecer tener nada más que hacer. Nunca conseguí saber su nombre, y las únicas palabras que pronunciaba era "Una taza de café, por favor", aunque algunas veces cambiaba su cafeína por un té verde.

Minutos más tarde, empezaba a llegar mi clientela habitual, todos con sus caras dormidas al llegar, pero con una sonrisa que mostrar una vez que tomaban su café. No es hasta las nueve que llegan mis compañeros; Simon, el chico patoso de la cafetería, su record fue derramar más de diez tazas de café en solamente una hora, ha mejorado, pero no hay ningún día que no se le caiga al menos uno. Y luego estaba Marie, había sido la encargada de la tienda anteriormente, hasta que por problemas en su maternidad no se pudo mantener en ese cargo, y había entrado yo directamente, pero no se había quejado, tenía más tiempo ahora para estar con su hijo, y con el horario al que entraba podría llevarlo a la guardería ella misma.

La mañana había sido igual de ajetreada como todas, entre las nueve y las doce la cafetería estaba a rebosar de clientela, cafés sirviéndose constantemente, la bollería desapareciendo rápidamente y... Los cafés derramados de Simon. La gente ya estaba atenta cuando el chico llevaba los cafés y alguna vez habían conseguido coger la taza antes de que ésta aterrizara al suelo y romperse en pedazos.

Habíamos cerrado la cafetería a la una, abriéndola de nuevo a las dos y media y volviendo a lo mismo que a la mañana.

Sin embargo, una de las máquinas de café empezó a soltar humo a los pocos minutos antes de cerrar, el último cliente, el extraño chico pelinegro ya se había marchado y cerré las puertas de la cafetería mientras intentaba arreglar el desastre de la cafetería. Me tomó dos horas y media, pero la máquina parecía volver a funcionar de nuevo. Siendo las doce y media apagué todo y cerré completamente la cafetería.

‒No recordaba este frío... ‒ susurré para mi mismo mientras me abrochaba el abrigo y cruzaba mis brazos en busca de calor a la vez que caminaba hacia mi casa. Tuve la mala idea de meterme por uno de los callejones oscuros para que el camino fuera más corto.

Un escalofrío me hizo temblar, apuré mi paso, pero me detuve viendo como una sombra crecía ante mis ojos, adoptando una criatura terrorífica, totalmente negra que emitió un gruñido. Estaba paralizado, ¡¿qué demonios era eso?!

‒Oh por el ángel... ‒ quería correr, gritar auxilio, ¡algo! Pero mis pies se quedaron estáticos en el suelo, sin moverse ni un milímetro. Mirando hacia los lados, encontré una barra metálica totalmente oxidada, mis manos no dudaron el coger el objeto.

Vi como la sombra gigante soltaba un chirrido antes de acercarse a toda velocidad hacia mí, me quedé más estático todavía si era posible, pero justo antes de que la criatura impactara sobre mi cuerpo, me giré rápidamente, golpeando fuertemente la barra contra lo que se suponía que era la cabeza de la monstruosa criatura. Ésta volvió hacia atrás chillando, y no dudó el volver a atacar.

Me movía de un lado a otro, propagando fuertes golpes con la barra oxidada, podía ver como la criatura soltaba un desagradable líquido negro cada vez que le llegaba a clavar mi arma en el cuerpo.

Me empezaba a encontrar algo cansado, jadeaba sin parar mientras la criatura seguía retorciéndose y gritando sin parar.

Un destello de luz azul lo golpeó en un flash, mi cuerpo saltó de un susto al ver que más destellos volaban hacia el monstruo negro, hasta que cayó al suelo derrotado, sin mover ni un músculo más.

Remember [MALEC ] - Dos CapítulosWhere stories live. Discover now