Cap.

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Miguel- Por supuesto que si, Rubén.

Se juntaron en un abrazo para después besarse tiernamente.
Se extrañaban.
Se querían.
Se amaban.

Pero alguien mas también amaba a Rubén.
E incluso me atrevo a decir que lo hacía más que Miguel.
Aquella persona era Samuel.
Quien los observaba a distancia con una sonrisa y lágrimas deslizándose por sus mejillas.
Estaba sufriendo.
Pero estaba feliz.
Se sentía mal.
Pero a la vez bien.
Era complicado...
Pero lo hecho hecho está.
Él mismo había decidido entregarle aquella carta a Rubén y tenía que aceptar las consecuencias.
Tenía que olvidarse de Rubén.

Anónimo|RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora