capítulo 6

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Ahí esta él, con una camiseta blanca que resaltaba el moreno de su piel, un pantalón de chándal azul y una chaqueta a juego, y a juego también con sus ojos. Con en pelo mojado después del entrenamiento y la bolsa de deporte colgada de un hombro. Y yo con estas pintas... Qué oportuno Ashton.

Intento caminar más rápido para que no me reconozca, pero nuestras miradas se cruzan y ya no puedo hacer nada.

- Vaya, no conocía esta faceta tuya- dice divertido apoyando su mano en la pared y mirándome de arriba a abajo.

-No siempre estoy comiendo bocadillos, sabes?

-Lo de gordita fue en un tono cariñoso, no seas rencorosa- Dice mientras se peina con la mano.

-Bonita manera de ser cariñoso la tuya.

-Tengo mis días niña- dice mientras saca las llaves de su bolsillo- y ahora si me permites- mira hacia la puerta.

-Ah. Vives aquí?- Digo desconcertada apartándome de la puerta donde estoy apoyada.

-Ahora que ya lo sabes espero que no vengas a menudo a acosarme- Ríe mientras abre la puerta.

-Tranquilo que ahora que lo sé me iré por otro camino- sonrío falsamente y sigo el camino hacia mi casa sin esperar a ver su reacción, riendo internamente y odiándole a la vez.

-Ey, Mitchelle- me giro y la cabeza de Ashton asoma por la puerta de su casa.

Al escuchar mi nombre de su boca me da un pequeño vuelco al corazón, intento disimular y sin poder articular palabra lo miro esperando sus siguientes palabras.

-Date prisa en llegar a casa, una niña de papá como tú no debe estar tan tarde por la calle- y me guiña un ojo.

-No soy ninguna niña de papá para tu información- grito molesta. Él ya ha entrado a casa pero se que me ha escuchado e imagino como se ríe de mi.

Vuelvo a retomar el camino hacia mi casa, esta vez simplemente odiándole. Se puede ser más estúpido?

Te podrás engañar a ti misma pero no podrás engañarme a , quita la cara de tonta y recógete la baba.

Algún día te mataré maldita conciencia.

Vaya, se ve que el fútbol le sienta bien al señorito. Esta mañana tan borde y ahora con ganas de bromas y todo. Ya veremos mañana en clase, y si yo estoy simpática y él vuelve a hablarme de esa manera? Sentiré ganas de darle una patada en la boca sinceramente. Aunque igual solo fue esta vez, se había despertado con el pie izquierdo y ya está, el deporte relaja, no? Ha debido ser eso...

Decido dejar de pensar en el tema y recordar todo lo que tengo que hacer antes de dormir mientras llego a casa.

Pasados los 10 minutos, por fin llego. Desde las escaleras ya huele extremadamente bien y se me abre aun más el hambre que ya traía por el camino. Ay, este hombre cada día se supera cocinando!!!

Nada más abro la puerta, saludo a mis padres, cojo muda limpia y el pijama y me voy a la ducha.

-No tardes nena- grita mi padre- la cena ya casi está.

En la ducha no puedo evitar volver a pensar en el tema, intento pensar en otras cosas para no sentirme una obsesiva, pero solo se me viene a la cabeza esa sonrisa pícara (y perfecta) y ese guiño que me ha dedicado antes de desaparecer.

-Vale Mitch, ya está bien, no creo que él esté constantemente pensando en ti y analizando cada palabra que habéis intercambiado como estás haciendo tú, así que olvidate ya, es un compañero como cualquier otro, un poco más guapo sí, pero ya está, pesada- me digo a mí misma.

Ya duchada, me pongo el pijama me hago mi trenza y salgo al comedor a cenar como una desesperada.
Después, ya en mi habitación, le cuento a las chicas lo de Ashton mientras preparo mi mochila para el día siguiente. Luego, me tumbo en la cama y leo las paginas que nos ha mandado leer el profesor. Y, afortunadamente me acuerdo de poner la alarma antes de caer profundamente dormida.





Ni Contigo Ni Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora