Primer día de curso, emocionante, no? Parte 3/3

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Abro la puerta con Liss asomando su cabeza por detrás de mí e inmediatamente se giran todos. Con una voz suave y entrecortada pregunto si podemos pasar ¡Qué vergüenza!..

-Adelante señoritas- dice amablemente el profe.

-Lo sentimos mucho no encontrábamos la clase y...- dice Liss.

-No me lo creo pero no pasa nada, os perdono- nos contesta en un tono de broma.

Divisamos a Olivia la cual nos guarda nuestros asientos en la segunda fila y vamos corriendo.

-Joder os he petado el movil a mensajes, se puede saber que hacíais?

-Ya conoces a la señorita Elizabeth, la rápida la llaman- le respondo.

Olivia es la tercera de mi grupo de amigas. Es bastante diferente a nosotras. La verdad es que Liss es muy parecida a mí, tanto físicamente como en la forma de ser, solo que un poco más alocada y un pelín más rubia, ambas tenemos los ojos verdes y a veces nos toman por hermanas. Olivia es morena y tiene el pelo un poco más rizado, ah, y tiene unos brillantes y enormes ojos marrones. Ella es más reservada que nosotras y muchas veces no está de acuerdo con nuestras ideas pero se deja llevar.

La primera hora el profesor nos explicó que él iba a ser nuestro tutor y como iba a ser el curso, la segunda hora hicimos una actividad en grupo para conocernos mejor, como si tuviéramos 10 años, vaya (pero he de admitir que estas cosas me divierten)

-Bien, vais a ir diciendo cada uno vuestro nombre y edad y porque os habéis matriculado en este curso, quién quiere empezar?- Dijo el profesor Sullivan

-Yo!- Dijo una voz que me resultó familiar... Liss?! Esta chica no tiene vergüenza...- Me llamo Elizabeth Johnsons- dijo poniéndose en pie- pero todos me llaman Liss, tengo 17 años y me he matriculado en este curso porque quiero montar mi propia empresa de organización de eventos en un futuro.

No hay día que Liss no fantasee con ser organizadora de bodas como en las pelis, es su sueño desde pequeña.

Liss sonrió y se volvió a sentar en su silla.

-Eso esta muy bien Elizabeth, siguiente?

Se hizo el silencio.

-En vista de que no hay voluntarios, elegiré yo- Dijo el risueño profe leyendo el listado de alumnos.

-Y por qué no nos vamos a casa y ya?- Se quejó un chico y todos rieron.

Bueno rieron los chicos, porque las chicas recogían la baba que se le caía a todas, incluidas mis amigas.
El chico era guapo, pero no era para tanto... Moreno de pelo y ligeramente moreno de piel, ojos azules oscuros y de cuerpo... Delgado pero musculoso a la vez... Y su sonrisa... Bueno y esa voz de malote de pelic... VALE, es precioso, no tiene ni un defecto a la vista, pero no es para tanto, no? Además, no me gustan las personas que se quejan por todo, a mí este chico no me gusta, no no.

-Mira que bien ya se ha animado alguien!- río el profesor Sullivan- Te toca muchaho.

El chico suspiro, se puso cómodo en su silla y empezó a hablar un tanto desganado.

-Me llamo Ashton Levinson, tengo 19 años y me matriculé aquí porque no entré donde quería- sonrió falsamente.

-Buen comienzo Ashton... Y qué querías estudiar?

-Quise hacer el grado de deportes, pero me lesioné en un partido de fútbol- contestó serio.

-A recuperarse chico.- Ashton agradeció con la cabeza.

Y así hicieron todas las personas de la clase hasta que me tocó a mí. Me había preparado lo que iba a decir durante toda la hora y me había quedado genial: Mi nombre es Mitchelle Dallas y tengo 17 años, y me matriculé en este curso porque leí sobre qué iba y las asignaturas que vamos a estudiar y me pareció algo divertido y con muchas salidas profesionales.

-Y la última personita y a almorzar!- exclamó el profesor sonriente. Y me miró.

-Mi nombre es Mitchelle Dallas y tengo 17 años.

De repente vi como Ashton miraba fijamente y me distrajo de mis palabras.

-... Y me matriculé en esto... Porque... Porque me gusta.

Dios pero se puede ser más tonta?

El profesor Sullivan abrió los ojos sorprendido y dijo: En fin, la razón más sincera y corta. Al almorzar!

El grupo de amigos de Ashton fueron los primeros en abandonar el aula. Eran 4: Carter, Leo, Mike y él.

Las chicas y yo también corrimos hacia la libertad, bueno, hacia la cafetería a por bocadillos.



Ni Contigo Ni Sin TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora