♣Primera Parte.♠

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‒¿Estás hablando en serio?­­­­­­‒Inquirió el castaño con voz cansada, casi como si estuviera obligado a preguntar y a prestar atención a lo que su hermana decía‒Esto me suena a fantasía.

­‒¿Has visto a tu alrededor? Nuestro mundo es fantasía pura, gran genio.

‒No es lo mismo.

‒Sí lo es‒Aseguró cruzándose de brazos‒, y no me cambies el tema. Hablando en serio, ¿crees que sea cierto? La señora de la fruta parecía muy convencida...

‒¿Esa anciana demente? Con razón, ahora todo tiene sentido...

‒¡León!

­­‒Está bien‒Bufó, y dejó caer su cabeza sobre la mesa mientras pensaba. Mei era tan insistente...‒.No lo sé, puede ser verdad, como también puede no serlo.

La castaña arrugó la nariz insatisfecha. ‒Me dejaste igual, en la nada misma­‒Sí hubiera sabido que esa sería la respuesta de León, no hubiese preguntado desde un principio­‒, bueno para nada.

‒¿Ves? Pediste mi opinión, ahí la tienes‒Se encogió de hombros‒Solo déjame descansar y no molestes.

‒Como sea. Mmm...‒Mei tarareó y miró a su alrededor. Se percató de un gran detalle; a su  izquierda, su hermano mayor, seguía sentado observando el jardín del castillo mientras revolvía una taza de té ya frío, totalmente ausente­‒.¡Yao! ¡Yao! ¿Y tú qué opinas al respecto?

Al verse mencionado, Yao parpadeó un par de veces seguidas y se giró hacia Mei, que lo observaba expectante.

‒¿Qué ocurre aru?

­‒No creo que Yao tampoco sea de mucha ayuda, Mei. Ha estado en la luna desde que llegamos a desayunar.

‒¿Qué? ¿Estás hablando en serio?

Yao se masajeó la sien.

Oh no, no otra vez...

Ayer le había pasado lo mismo mínimo unas cinco veces. ¿Quizás seis? No puede recordarlo...Solo recuerda que, una de ellas le costó una buena rabieta de Arthur por verter café en unos documentos de suma importancia.

"¡El mismísimo Yao Wang en la luna, eso solo puede significar el fin de todos los reinos y de la tierra!" había dicho Alfred antes de marcharse al Reino de Diamantes, por asuntos de "acuerdos y tratados".

Arthur le había ordenado tomar un descanso el día de hoy, a lo que Yao tuvo que acceder de mala gana. "Yo me encargo del resto. Debes estar con tu energía repuesta para el día de la llegada de nuestras visitas, no quiero desastres." Fue lo que él dijo, con la sorna cargada en su voz.

¿Cuándo en su trayectoria como el Jack de Espadas había sido regañado por alguno de los dos reyes? No podía recordarlo, y por ello, ahora estaba tremendamente avergonzado... Sin embargo, era algo muy difícil de controlar y estaba desesperado.

Muy desesperado.

El no saber qué ocurriría, le carcomía las entrañas con lentitud, y Yao no encontraba forma de quitar esa desagradable sensación.

‒¡Oh, vamos! ¿Por qué estoy solo rodeada de personas insensatas? No puede ser...

‒Lo lamento Mei, no fue mi intención aru. Solo... Mañana es la visita del Rey y Reina de Tréboles y hay muchas cosas que debo terminar de revisar‒Yao dio un sorbo al té, en un intento desesperado por opacar el retorcijón que se hizo en su estómago por los nervios­‒.Oh, está frío. Dios, ¡qué asco aru!

­‒Por supuesto que está frío, han pasado cuarenta y cinco minutos y no lo has bebido aún.

‒Que exacto León.

♣ El rumor de las marcas ♠ [Rochu,Cardverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora