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Desperté de un profundo sueño, fue como si durmiera días, estire mis brazos y piernas, abrí un ojo y miré a mi alrededor, esa no es mi puerta, ni esa es mi ventana ni tampoco tengo una librería y ¡esta no es mi cama!
-¿Donde estoy?- me senté rápidamente y un fuerte dolor en mi cabeza apareció, me levante suavemente para ponerme mis zapatillas, examine un poco las cosas de la habitación en donde estaba pero no se de quien es. Me acerqué lo más sigilosa a la puerta, la abrí unos centímetros para escuchar si alguien estaba por ahí -no hay monos en la costa- dije con voz baja, la abrí completamente y salí de ahí, camine en puntillas para que nadie me escuchará por el pasillo y paré en seco al escuchar voces que provenían de una habitación, un momento este pasillo lo conozco estoy donde los Russell ¿pero qué hago aquí?
-¿qué haremos chicos? Hellen nos odiara- hablo una mujer me acerque más a la puerta para escuchar mejor
-Es posible que no recuerde nada April, el golpe que recibió en la cabeza fue muy fuerte-¿de que hablan? No recuerdo nada de lo que paso
-Y si no fue así y le cuenta a todo el mundo nuestro secreto tío ¿que pasará?-¿tío? El doctor Russell también está aquí
-Miren tanto ella como nosotros debería ocultar su verdadera identidad-ahora todo se me hizo más claro, varias imágenes se me pasaron por la cabeza, la fiesta, el campo del instituto, mi secuestrador, la supuesta historia, el lobo... Un momento ¡Cristopher se convirtió en lobo! Palideci al recordarlo
-¿Y tu que dices Thom? No has dicho ninguna palabra-
-No se Adam, sólo tenemos que saber que tanto hablo ese hijo de puta de Cristopher y ver que piensa ella- me aleje de ahí ya no quería escuchar nada de nadie sólo quería irme a casa. Corrí por las escaleras hasta llegar a la puerta, primera vez en mi vida que siento tanto miedo, abrí la puerta de la casa y la luz del sol me dejo ciega por un instante, mis piernas me dolían como si no hubiese caminado en días. Intenté seguir corriendo pero no pude, a lo lejos vi uno de los autos de los chicos -oh mierda- no quiero estar cerca de ellos, hice mi último intento para correr hacia el bosque a esconderme entre unos arbustos y esperé a que se fueran, puse mi cabeza entre mis rodillas y me puse a pensar que desde que llegué acá mi vida a sido un caos, si realmente soy una bruja ¿por qué mi papá nunca me lo a contado? ¿Será que por eso nunca habla de mamá?, sin darme cuenta empecé a llorar, quería escapar de todo no saber nada de nadie, por que me esta pasando todo esto. Seque mis lágrimas con el dorso de mi mano, me paré y seguí caminando, si quería saber que esto era real no podía quedarme sentada toda la tarde en el bosque. Llegue a mi casa después de un largo camino en donde mi estómago rugia por comida, hablé con uno de los guardias para informarles que los Russell no tenían autorización de entrar, ni mucho menos Samantha y Cristopher, entré directamente a la cocina, abrí el refrigerador y ataqué con toda la comida que estaba preparada
-Señorita Hellen, ¿se encuentra usted bien?- la miré unos segundos pero no contesté nada, ¿ella sabrá de toda esta historia?, me dolía la cabeza de tanto pensar
-Si- fue lo único que dije agarré un plato con pasta, unas frutas, una soda, yogurth y me fui a mi habitación. Cerré todo con pestillos y seguros, lo único que quería ahora era una ducha caliente así que fui por mi pijama y unas toallas para sumergirme en aguas calientes, no paraba de pensar en Cristopher convirtiéndose en lobo y en que los chicos eran vampiros y en que provengo de una familia de brujos, si le cuento a uno de mis amigos pensarán que estoy loca, digo cualquiera lo hubiera pensado ya que los brujos, vampiros y lobos son nada más ni menos que leyendas antiguas.
Terminé mi ducha de una hora, una hora dándole vueltas a todo este asunto, creo que será mejor que nos vallamos a vivir a otro lado o por lo menos si papá no se quiere ir me iré yo, se que por ser menor de edad es difícil pero ya en unos meses cumpliré mi mayoría y podré estudiar y trabajar para poder sustentar. Me comí todo lo que había sacado de la cocina y fui a ver a mi padre, baje las escaleras pero no se encontraba en el primer nivel y en el segundo tampoco estaba
-¿Señora Ana a visto a mi papá?- le pregunté llegando de la cocina
-Oh pensé que usted estaba durmiendo, si el ya se fue a acostar y le dije que usted estaba descansando-
-Am ya veo, buenas noches- me despedí y subí de nuevo a mi habitación.
Intenté descansar pero no podía por que todo tenía que ser tan trágico, por qué no puedo tener una vida normal
-Basta Hellen- dije en un susurro de voz me levanté y fui al despacho de papá a buscar algo para leer elegí uno de mis tantos libros favoritos la lección de August -amo este libro- me fui al escritorio y encendí la pequeña lámpara para comenzar a leer. Cuando ya llevaba varios capítulos me empecé a aburrir y como no tenía sueño empecé a revisar los cajones y ver que había de bueno pero nada sólo papeles de la empresa, banco y escrituras de nuestras casas, al intentar abrir el último cajón no lo pude hacer porque estaba cerrado con llave cosa que papá nunca lo hace revolvi los pequeños portalapices, cajones pequeños en busca de alguna llave pero no y como soy taaaaan curiosa no me quería ir a acostar sin saber lo que había en ese cajón -si yo fuera papá y tuviera esa llave ¿dónde la guardaría?- observé el despacho por completo pero mis ojos se detuvieron en un lugar -pero claro- rodee los ojos, si yo fuera el señor Will siempre llevaría la llave conmigo así que fui a donde estaba la chaqueta de él y encontré a mi pequeña amiga -bien amiguita muestrame lo que guardas aquí- introduje la llave y un pequeño click sonó dando el paso a mi curiosidad, abrí lentamente el cajón y adentro había una cajita muy linda y algo pesada la llevé hasta el sillón del despacho y la abri cuidadosamente, en su interior habían muchas fotos en donde salía una mujer muy joven que se parecía a mi, debe de ser mamá, nunca la había visto papá nunca me mostró una foto de ella porque según el no tenía, en la foto salía posando su mano en su vientre, en otra foto salía con papá frente a frente, se veían tan enamorados, otra foto salía mamá con una barriga inmensa y muy contenta, se veía hermosa, otra foto había una niña de un año de edad más o menos pelo castaño y ojos verdosos con un vestido rosa intentando de caminar hacia mamá, al parecer soy yo, seguí revisando la cajita y encontré una medallita de plata junto con un libro mediano con tapas de terciopelo negro lo abrí y estaba escrito en otro idioma -que raro- al parecer es latín no lo se. Guardé todo menos el libro y deje todo como estaba, pero me lleve la llave conmigo para que papá no pudiera abrir el cajón, salí silenciosamente del despacho y me fui a mi habitación, miré la hora en mi celular y ya eran las cuatro de la mañana. Guarde el libro en mi mochila y me metí a la cama a intentar dormir.
No se como fue que me quede dormida tan rápido, sentí que me hacían cariñitos en el pelo
-Hija se te va a ser tarde, vamos levantate-
-No quiero ir al instituto papá-
-¿Por que te sientes mal? ¿Llamo al doctor Rusell a que te revise?-
-¡NOO!-ups- digo no papá estoy bien sólo que anoche no pude dormir y recién me quede dormida a las cuatro-
-¿sucede algo Hellen?-
-No papá todo esta bien- si claro como no- por favor déjame faltar tengo mucho sueño -
-Está bien te quedarás pero vas a descansar mira que ya llevas dos noches trasnochada y por cierto ¿como estuvo la fiesta?-
Ni me preguntes-bien llegamos a la casa de los chicos y nos acostamos -
-que bueno ya te dejo descansar nos vemos en la noche pequeña- me dio un beso en la frente y se fue, mientras yo me acomode en mi cama para seguir durmiendo.
Abrí mis ojos y me encontraba en el bosque a solas con una espesa niebla
-¿hola?- caminé super despacio me miraba mi ropa y andaba con un vestido blanco, sentí una ramas crujir pero no era yo me detuve en seco- ¿hay alguien aquí? ¿Hola?- Giré hacia mi derecha, caminé unos pasos y vi algo que jamás creí que vería en mi vida -¿Thomas?- no puede ser, Thom estaba mordiendole el cuello a una chica que se encontraba en el suelo - ¡Thomas que hiciste!- al acercarme Thomas se paro muy rápidamente, sus ojos se volvieron oscuros como la noche, su piel la tenía aún más pálida y la sangre le chorriaba por la boca, miré a la chica que estaba en el suelo y era yo, por intuición me lleve la mano al cuello y al tocarme algo tibio me corría por ahí miré mis dedos para saber lo que era, un liquido color rojo pasión chorreaba por mis dedos, mi corazón latía mil por hora miro por el hombro de Thomas y un lobo gigante le arranca la cabeza con sus garras -¡noooo!- grito y comienzo a correr en dirección opuesta, no se donde voy ni donde estoy, de pronto escucho una voz dulce llamar a mi nombre - Hellen- miro hacia la dirección en donde proviene la voz y es mamá -¡mamá!- corro hacia ella pero al acercarme veo que es otra mujer que esta vestida de negro en una mano la cabeza de Thomas y en la otra la cabeza de papá y a un lado el lobo con sangre en sus colmillos -¡NOOOOOOO!- Mi corazón ya no daba más latía muy rápido ya lo sentía en mi garganta me arrodille en el piso y me puse a llorar me tape lo ojos con mis manos, ya no quería ver esa imagen, me seque un poco las lágrimas abrí lentamente los ojos y me encontraba arrodillada en mi pieza llorando -¿que paso?- me pare super rápido, cosa que me arrepentí al segundo porque vi totalmente negro como si me fuese a desmayar, cuando ya paso el mareo corrí por las escaleras gritando como loca -¿Señora Ana? Señora Ana- me fui directo a la cocina
-¿Que pasó señorita Hellen?-
-¿Mi papá, donde esta?- pregunté algo alterada debido a lo que había pasado hace unos minutos atrás
-Calmese señorita ¿se encuentra usted bien? ¿Estaba llorando?-
-Sólo tuve un sueño muy raro-
-El señor Will tuvo que ir de urgencias a Portland- de pronto se me ocurrió una idea
-aah gracias señora Ana, yo tengo que salir así que iré a cambiarme de ropa yo le avisaré a papá- subí las escaleras corriendo me puse lo primero que encontré y me fui en dirección a Portland miré mi teléfono y como era de esperar tenía 30 llamadas pérdidas y 70 wathsapp de los Russell, lo deje de lado para conducir, puse música para distraerme de mis pensamientos.
Llegue a la empresa de papá uno de los edificios más grandes de este lugar, en recepción me atendió un chico de unos 20 años por ahí con un traje negro y camisa blanca, muy atractivo
-Necesito su tarjeta de identificación por favor- se la mostré y su reacción fue la más cómica que he visto sus ojos los abrió como platos y su boca se abrió por completo -¿es hija del señor Will?-
-Así es- dije entre risas
-Oh disculpe por favor soy nuevo y no conozco mucho a los familiares del señor Will, aquí tiene su credencial pase adelante-me sijo muy nervioso
-No te preocupes...-
-Soy Nicolás, un gusto señorita-
-Sólo dime Hellen, un gusto - le estreche la mano y le sonreí educadamente tome mi credencial y subí al ascensor. Al llegar al piso de la oficina de papá un dolor de estómago apareció no se si era porque estaba muy nerviosa de hablar con papá o me había enfermado, la secretaria de papá me hizo pasar a su oficina para que lo esperara ya que él estaba en una reunión, me senté en su escritorio y observe por varios minutos una foto mía desde pequeña y en ningún lado una foto de mamá. Mi teléfono no dejaba de vibrar pero en ningún momento le presté atención, sólo miraba la versión pequeña mía en ese cuadro un click hizo que mis nervios volvieran era papá entrando a la oficina
-Hellen hija ¿que pasó?- me miro intrigado mientras yo corrí hacia a él y lo abrace con muchas fuerzas -¿esta todo bien mi amor?- negué con la cabeza -veo que quieres conversar de algo seriamente, porque o si no no hubieras viajado hasta Portland- lo deje de abrazar y me arregle un mechón de pelo atrás de la oreja
-Si papá vengo a conversar un tema super importante contigo- dije mirándome los dedos de mis manos
-Esta bien conversamos, toma asiento - me senté en uno de los sofás de la oficina junto a él
-Quiero venir a vivir acá a Portland- dije de un sopetón
-Pe...-
-Sola, si es que tu no quieres venir conmigo, pero yo me vengo a vivir acá-
-Hellen ya habíamos hablado de esto cuando nos fuimos de aquí-
- Si lo se papá, pero tu dijiste que nos íbamos porque según tu querías descansar de la empresa pero todos los días vienes a trabajar. Lo del supuesto descanso te duro muy poco- dije cruzandome de brazos un poco molesta
-Si lo se Hellen pero esta empresa no se levanta sola y tengo trámites y proyectos que hacer-
-Es eso o me estas ocultando algo-
-¿A que te refieres?- se inclinó hacia mi
-A mamá-
-¿Que hay de ella?- quiso saber muy nervioso
-Eso quiero saber papá, que hay de ella, quien es, como era y...-
-¿Y que?-
-Y que era mamá-
-A a que te refieres Hellen- tragó saliva exageradamente
-Así es papá se que mamá era una bruja pero quiero escucharlo de ti- dije con lágrimas en los ojos, ojala sea mentira
-¿Quien te lo contó Hellen?-
-¿O sea que es verdad papá?¿por que nunca hablaste del tema? ¿Por que nunca me hablas de ella?-
- si hija es verdad pero tu madre no era una bruja, si no que una hechicera-
-¿ Que diferencia existe papá?- dije sarcástica
-Los que eran buenos se hacían llamar hechiceros, eran gente de corazón noble y sólo practicaban magia blanca-
-¿y por que nunca me lo dijiste?-
-Quería que tuvieras una vida normal hija como cualquier niño-
-Créeme de que mi vida no es para nada "normal" papá, tu nunca estas fui prácticamente educada por la señora Ana, no vivimos cambiando de ciudad, no tengo amigos porque vivo a miles de kilómetros lejos de ellos, no tengo una mamá, ni siquiera una familia- calmate Hellen Will
-No sabía que te afectaba tanto todo esto- dijo papá tristemente
-Claro que me afecta papá, cada vez que algo me ocurría no podía llegar a ti porque trabajabas, no podía acudir a mamá porque no está y en la única persona con quien podía contarle como iba en el colegio era a la señora Ana papá a la única, yo ya no quiero esto, lo único que te pido es que nos vengamos a vivir a Portland vendas la casa y nos quedemos en un departamento cerca de la empresa para así poder verte aunque sea una hora- dije levantando la voz entre sollozos
-hija perdóname no he sido in buen padre, sólo quería que a ti nunca te faltara nada-
-¡Pero si me faltó algo! Un papá que me regañara cuando hiciera alguna travesura, un papá que me diera las buenas noches y que me contara cuentos ya se que mamá no esta conmigo pero tu si papá-
-Esta bien hija vamos a volver a vivir aquí- lo miré a los ojos y estaba llorando creo que no debí ser tan dura con él
-Gracias-dije en un susurro de voz me levanté y lo fui a abrazar -perdóname por habertelo dicho tan duramente papá, pero tu sabes como es mi genio yo nunca te he pedido algo pero esto es importante, lo he estado pasando muy mal este tiempo y quiero volver aquí-
-No hija perdóname tu por no estar presente cuando más me necesitaste, mañana mismo nos cambiamos de casa para que estés más tranquila-
-Esta bien- y un rugido en mi estómago se escucho en medio del silencio y los dos nos largamos a reír
-Ven vamos a almorzar veo que no has comido y tu estómago te está reclamando- nos limpiamos nuestras lágrimas y mocos y salimos de la oficina tomados de la mano como padre e hija.

MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora