8- Un amor tan joven.

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Empezó a acercarse lentamente a mis labios, mi corazón latía muy rápido, dos cosas completamente diferentes se mezclaron, la lentitud, y la velocidad, no hay punto medio, o tal vez yo me encontraba atrapada, quizás yo era el punto medio. 

Entrecerré los ojos, y los abrí al darme cuenta que JungKook me había besado, y que aun estaba allí. 

Se separo y me observo sonrojado, y ni hablar de mi. 

—Yo... este...— Giro y rasco su nuca varias veces—¿A-Aimi?— Me estaba desvaneciendo—¿Estas bien? Di-Disculpa no era mi intención— 

—N-No... no... eh...— Las palabras no salían de mi boca, sentí que estaba a punto de desmayarme. Solté lo poco que quedaba del algodón de azúcar percatándome de la situación—A-Ay...— Voltee tapándome el rostro. 

¡Aimi reacciona! 

—Al menos ya no tienes azúcar— Sonrió ruborizado. 

—Gra... gracias— Agradecí sin sacar la mirada del suelo, no me animaba a verlo a la cara. 

—¿Quieres regresar? Van a ser las ocho...— Se levanto extendiéndome la mano. 

—Eh... esta... esta bien— Sostuve su mano para levantarme, caminamos de regreso al edificio sin decir ni una sola palabra, pero aun así no me soltaba, continuábamos de la mano, parecimos una pareja. 

¡Que estas diciendo Aimi!

—Ya llegamos, cuídate— Me dio una palmada en la cabeza y se fue sacudiendo su mano. 

Me quede inmóvil pensando en lo que había pasado, perdí todo el frió por mas que me haya quedado parada fuera del edificio, corrí adentro muy rápido recordando eso. Caí en la cama totalmente en shock , lo peor de todo es que no pude decir nada. 

Es... 

Un amor tan joven. 

—¿Por qué lo hiciste?— Apague el teléfono y lo deje lejos de mi alcance—Las cosas no serán iguales, no debiste— Golpearon la puerta y me levante a abrir. 

—¿Sigues aquí? Se rumorea que hay una fiesta— Mizuki tenia una lazo en el cabello y lucia un vestido rosas y zapatos bajos del mismo color. 

—Si... no tenia idea— 

—Que mal, ¿No irás?—

—No... un momento... ¿Como sabes que esta es mi habitación?— Pregunte sorprendida. 

—Le pregunte a la recepcionista, dije que tenia que darte unos trabajos— 

—¿No te vas?— Entrecerré la puerta.  

—Quería que me acompañaras— 

—Hay muchos chicos a los que les gustaría ir contigo— Cerre la puerta. 

—¡No es un lugar cualquiera! Tengo la dirección aquí...— Escuche ruidos de papeles y me asome—¡Mira!— Me entrego un papel en mal estado. 

Esto queda enfrente de nuestros lugares de encuentro. 

—Iré— 

—¿De verdad?— Se acerco emocionada—Te esperare abajo— 

Me vestí, tarde dos horas reloj. 

—Tomaremos el...— Mizuki estaba durmiendo en el sofá de la sala. 

—¿Ah?— Se despertó despeinada. 

—Iremos en autobús— 

—¿Por qué esta tan oscuro?— Miro su teléfono—¡¿Las diez?!— Se levanto. 

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