Prólogo

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Dedicado a ChristyCF

9 de mayo.

Camino por las oscuras calles de Carter St, el barrio más peligroso de toda Atlanta; hay unos 118 crímenes violentos al año, según las estadísticas del periódico local.

Creo que está noche llegarán a los 119.

Mi cuchillo se encuentra escondido en el interior de la manga de mi campera. Estaba decidida a encontrarlo y que pagara las consecuencias por haber matado a mis padres.

-Vamos maldito cobarde, sal de ahí dentro- grité a todo pulmón, golpeando la puerta de madera hasta que mis nudillos estuvieron rojos. -Nadie podrá salvarte, abre hijo de puta- patee la puerta con fuerza, logrando abrirla de primera.

No lo veía, la casa estaba a oscuras, sólo una lámpara con luz tenue sobre la mesa, alumbra la sala. Entré confiada en que hoy sería el día de su muerte. Todo estaba listo, mi cuchillo preparado para apuñalarlo, sólo me falta esa maldita rata.

Una mano fría me cubrió la boca. Mordí sus dedos, dando la vuelta para acabar con todo su ser.

-No Exocet, soy Mike- se despoja de su capucha, viendo su rostro aliviarse al ver que me detuve.

-¿Qué mierda haces aquí?- no podía creerlo, él iba a arruinar todo mi plan. -Vete de aquí, ahora- grité, escuchando pasos por la sala.

-Ya deja esa estúpidez, cuantos van ya, ¿Trece?- nunca disfruté de mi padre al estar vivo, Mike supo ser uno en estos siete años. -Irás a prisión-.

Mi muñeca era sostenida por él, intentaba arrastrarme hacía la salida.
Me zafe de su agarre, apuntándolo con el cuchillo, no iba a dañarlo, sólo era mi forma de amenaza.

-Esa cucaracha pagará por haberlos matado, lo juré frente a su tumba, y tú me conoces bien, nunca rompo una promesa -. Sabía que no lograría convencerme.

Aplausos, provenientes de la cocina sonaron por el lugar, mientras se aproximan a la sala. Con Mike giramos, encontrándonos con otro perro del maldito Truk.

Algún día no te podrás esconder más, y desearas no haber nacido.

-¿Enserio Exocet?- su cabeza se ladeo hacía un lado de forma irónica, mi sangre hervia; mientras que la de él se congelará en segundos. -Te contaré una historia- sus pasos avanzaban hacia mí, sentí como Mark no me descuida ni un segundo. -Había una vez, una niña que tenía unos padres muy desobedientes- se encontraba a un metro de nosotros y no le quité la vista de encima bajo ningún motivo -Se creían más inteligentes que su jefe, y él se cansó y los mató-.

-Ya cállate perro-, corrí para despedazarlo, pero él fue más rápido y amenazó con su cuchillo el cuello de Mike.

-Eran unas sanguijuelas, igual que tú niña- la risa psicópata retumbo por todo el lugar, la vena de mi frente iba a explotar en cualquier momento, tenía que mantener la compostura, pero el tema de mis padres me saca de las casillas.

-Cállate rata inmunda- mi corazón iba a salirse del pecho, mientras que la ira me cegaba, pero tenía claro que un movimiento en falso y Mark no contaría el cuento. Debía cuidarlo.

-Yo en tú lugar cuidaria tus palabras- presionó el cuchillo aún mas sobre la yugular de el moreno, sentí como mi sangre hervia. -Ahora suelta el cuchillo, y tendrás de vuelta a este negro- temía por su vida, un nudo en mi garganta se forma de tan sólo imaginar lo peor.

EXOCETDonde viven las historias. Descúbrelo ahora