Capítulo 1:

17 2 0
                                    


Comencemos hablando por el principio. Me llamo Ivory y sufro de DCA, Daño Cerebral Adquirido. Les cuento.

Cerca de mi casa había un complejo de biodiversidad y el dueño era muy amigo de nuestros padres asi que en uno de los espacios más rodeados por árboles nosotros teníamos unos silloncitos y una mesita tapados por una sábana color naranja que iba de árbol a árbol.

Íbamos allí en las reuniones familiares y cuando estabamos aburridos, inclusive, mis hermanos y yo íbamos cuando estábamos tristes.

Cada uno tenía los asientos asignados. Mamá en el medio, yo a su derecha, mi hermano pequeño Daniel a su izquierda, y a la izquierda de Daniel estaba mi hermano mayor Cristian. Papá estaba en un silloncito aparte.

Un día mamá no vino a la reunión familiar, asi que papá la fue a buscar. Supuestamente mamá se había quedado dormida. Yo sabía que no. Mamá padecía TCE, Traumatismo CraneoEncefálico. Había sido atacada por unos ladrones.

Cuando mamá vino pudimos empezar, era ella la que había convocado la reunión.

-Familia, nos han amenazado.

-¡Cariño! ¿Cómo cuentas eso aquí?

-Los niños deben saberlo Roger. Dijeron que debíais iros a otro país

-¿Debíais? ¿Y tú mamá?- DIjo Dani.

-Yo no puedo viajar cariño, aparte que yo soy como un rehén, debo quedarme para garantizar que no vais a la policía.

-¿Cuanto tiempo?

-...

-Marie, ¿cuanto tiempo? -repitió desconsolado mi padre.

-Diez años.

Todos contuvimos el aliento. Mamá tenía la cabeza gacha y papá estaba en shock.

-Mamá...¿por qué quieren eso? No tiene sentido.

-Ivory amor, aunque no lo parezca, nosotros somos una familia importante y con muchos contactos se que tienes seis años y que puede que no lo entiendas, pero esos hombres quieren dañar nuestra reputación. Separandonos quizás crean que no volveremos a vernos y así la prensa comenzará a especular.

-Mami, ¿quién cuidará de ti entonces? -ese fue Dani, su inocente mente de cinco años roza los límites de la madurez, aunque no lo parezca.

-Cariño, yo puedo hacerlo sola, además, no dijeron nada de que la abuela no podía venir conmigo.

Yo me enfade, empezé a pensar en muchas cosas y llegué a la conclusión, ¿y qué si perdemos la importancia y la influencia? ¿la familia no significa apoyarse mutuamente pase lo que pase?

A pesar de mi mente de seis años, igual que Dani estaba avanzada para mi edad. Lloré de la rabia y la impotencia me fui de allí, o al menos lo intenté.

-Ivory cariño...-la interrumpí.

-¡NO MAMÁ! No me digas eso, aquí hay gato encerrado. Y pienso descubrirlo. ¿Quieres que nos vayamos de casa no? PUES MUY BIEN. ¡Me voy!

Yo ya me había ido, asi que no sabía que mamá empezó a llorar desconsoladamente. Corrí hasta casa y metí mis pertenencias en una maleta. Después me escondí en el armario y me quedé dormida.

Cuando abrí los ojos salí del armario y fui hacia el coche de mi padre y entré, preparada para irnos.

Ellos llegaron minutos después y entraron en el coche. Ninguno dijo palabra alguna. Se veia que Cristian estaba muy enfadado conmigo. Poco a poco me estaba dejando dormir y como siempre, fui a colocar mi cabeza en el hombro de mi hermano mayor. Este sacudió su hombro fuertemente, dando a entender que no quería que le tocase.

Una lágrima bajó por mi mejilla silenciosamente. Dani me la limpió y se agarró a mi brazo, sacandome una sonrisa. Apoyé mi cabeza en la suya y ambos quedamos dormidos.

Mamá.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora