Capítulo XIII

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Llegué a la casa de Ciara y me subí a su ventana, entre a su cuarto y había escuchado que ella estaba subiendo, me metí a su armario para asustarla y cerré la puerta de su armario y me quede allí. Escuché a que abría la puerta de su cuarto y que caminaba hasta donde estaba. Al abrir la puerta del armario salta de un brinco algo asustada.

La verdad quise ir a su casa porque ya no quería sentir dolor en mi cabeza y estar con ella. Ella es mi salvación cuando siento esas punzadas.

-¡Josh!

Dijo algo agitada.

-¿Ahora que hice?

Pregunte mientras salia de su armario.

-Me asustaste. Creía que estarías en tu casa.

-Pues no fue así.

-¿Entonces? ¿Por qué estas aquí?

Pregunta mirándome a mis ojos.

-Porque no iremos a mi casa. Estaremos en tu casa y podremos ver una película o lo que tu quieras.

Le sonreí de lado con una mirada coqueta.

-Bueno.

Suspira.

-Además. Te debo dos cosas.

Sonreí.

-¿Qué cosas?

Pregunta ansiosa.

-Un café.

Saco un vaso grande de frapuccino mientras yo sacaba el mio que tenia en mi bolsa de mientras después de eso en la bolsa saco dos panques grandes de chocolate.

Se me olvidó avisar que hace pocos días compré cafés, ese día en el cual se lo debía a Ciara, y decidí guardarlos.

-Ven. Sentemonos.

Me siento en su cama con mi café y mi panque.

Hizo lo mismo que yo y se sienta en su cama al lado mío.

-Bien. ¿Cuál es la segunda sorpresa?

Me pregunta Ciara mientras yo comenzaba a reírme leve.

-No dio risa.

Dijo enojada.

-Para mi si pequeña niña de veinticuatro años.

Mordí un pedazo de mi panque.

Se acostó sobre mis piernas de mientras su cabeza estaba en mis piernas, mientras se quedaba mirando al techo sosteniendo su café y su panque con sus manos.

Me la quede viendo por un momento.

-Me gusta cuando haces esta clase de sorpresas Josh.

Suspira.

-Y yo amo que te gusten.

Le sonreí.

-Hay algo que debo de decirte.

La miro a sus ojos.

-¿Qué es?

Me mira igual.

Es hora de decirle la verdad Josh.

-En la noche yo vine a tu cuarto y si estuve contigo en la cama. Y pues lo que paso si sucedió. Solo quería hacerte la broma diciendo que no sabía.

Se queda sorprendida.

-Si.

Suspire.

-Lo que dije la noche es cierto. Si te amo y te seguiré amando hasta el fin. Las cosas que hice por ti eran porque amo verte sonreír. Las pequeñas señales en agarradas de manos, besos pequeños en los labios, abrazos y cosas así eran señales leves que te decía que te amo.

-Josh. No sabía.

Dijo sorprendida.

-Pues ya sabes.

Suspire.

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