Capítulo 1: "Amabilidad"

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Mi consciencia volvió, mas no sabía en donde estaba, me encontraba de bruces sobre algo suave, una cama, a pesar de estar encerrada en las mazmorras esa persona nos daba libros para leer, lo hacía para que mantengamos la cordura; por alguna razón la espalda no me dolía. Escuché voces, dos personas conversaban a mí lado.

— ¿En dónde encontraste ha esta chica tan desnutrida? —Una voz aguda cuestionaba, era una chica, decidí hacerme la inconsciente para poder escuchar la conversación, así saber en dónde me encontraba.

—En la orilla de la playa, no tengo una explicación concreta de el por qué ella se encontraba ahí tirada, con ropa tan desgastada y mal oliente — Ahora una voz ronca y varonil.

— Y ese olor a pescado podrido que trae encima, ugh, me llamaste para que te ayudará a asearla y eso haré, pero te podría hacer otra pregunta cariño.

¿Cariño?

— Si, adelante

—¿Ella se quedará aquí contigo? es decir, tú eres un chico y ella a pesar de estar feíta y andrajosa es una chica, tú sabes lo celosa que soy — La voz de la chica que definitivamente era la novia del chico era muy desesperante, además, me había dicho fea y andrajosa, no me molesté ya que era la verdad.

— No lo sé, pero cuando se recuperé podríamos entregarla a la policía o llevarla a su casa o familiares, no tengo idea de si a esta chica la han secuestrado y la están buscando, tampoco es que quiera ir a la cárcel — Sus palabras crearon una gran presión en mi pecho. No, no y no, no volveré, no quiero. Me volteé y me senté sobre la cama mirándolos a ambos, ellos estaban sorprendidos, mirándome a los ojos, algo en mi me hacía ver diferente a los demás, eso expresaban sus ojos.

— Mírala, Gareth...

— Ella... esta muy sucia, será mejor que hagas lo que te pedí Leyla — El chico parecía no darle importancia a lo que su novia intentaba articular.

Intente hablarles pero algo me lo impedía, me estaba desesperando, la incapacidad de no poder emitir palabras me estaba volviendo loca, sin darme cuenta lagrimas de exasperación empezaron a brotar por mis ojos — No... - Musité y al parecer ellos no sabían a que me refería. La pareja se acercó a mí y la chica empezó a pasar sus manos por mi grasiento y revoltoso cabello.

El chico parecía estar pensando lo que iba a decir — Tranquila... — Manifestó — Se que te debes de encontrar asustada y confundida, te hallé en una situación inhumana, bueno, aún estas esa situación, pero no vamos a hacerte daño, solo intentamos ayudarte. Leyla se encargará de ti, mientras yo preparo algo de comer para los tres. — Asentí y tomé su mano para mostrar mi agradecimiento, pero inmediatamente su novia me separó, él le dedicó una mirada y se fue.
— Bien, tenemos muchas cosas que hacer contigo rarita, bañarte, cepillarte, cortar tu cabello, secar tu cabello, ay, lo siento, puedes caminar verdad, dime que sí — Afirmé con la cabeza, ella tomó dos toallas y me llevó hacía un cuarto blanco dónde habían muchas cosas desconocidas para mí, decidí no tocar nada, las razones eran obvias, no quería romper algún objeto y que ellos se enojaran conmigo o me castigaran. Ella empezó a desnudarse y me miró con gracia — Qué estas esperando para quitarte esa bata de hospital.

Me sentí como una idiota, estar en el exterior y no saber nada es terrible, me quite la bata y entre en la ducha tal y como Leyla me había ordenado, ella tocó algo y el agua fría empezó a caer por mi cuerpo, protesté y puse mis manos alrededor de mi pecho.

— Lo lamento raris, pero digamos que soy una persona que se preocupa por su belleza y el agua caliente me abre los poros y si se abren me salen espinillas, pero si te bañas conmigo también estoy cuidando la tuya. Guacala, mira como el agua sucia se desliza por el suelo — Nunca pensé encontrarme a personas tan parlanchinas como ella, pero me agradaba; empezó a estrujar algo contra mi espalda y luego por todo mi cuerpo, luego empezó a estrujar mi cabello con algo baboso que hacía espumas, todo iba bien hasta que se entro en mis ojos.

LILIETHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora