La Cullen pelirroja

Prólogo

El olor a sangre inundaba la casa, Sofía decidio salir hasta el bosque no quería hacer daño a la pequeña Renesme o que ese chucho se le acercará. Le resultaba divertido poder controlar la mente de los demás y que en muchas ocasiones ella no pudiese ejercer dominio sobre la suya...
En ese momento oyó detrás suya a otro vampiro corriendo pero ella no paro, la sed estaba matandola y necesitaba mitigarla antes de tener que hablar con cualquiera.

El puma había caído bajo las garras de la pelirroja del clan Cullen, y éste terminaba de calmar el ardor que quemaba su garganta -Si que estabas desesperada- afirmo el hombre que estaba a sus espaldas, esta dió un último sorbo y por fin se despego de su presa -Hola papá- respondió ella limpiándose un poco de sangre que se quedo en la parte superior de su labio -¿Estas bien? Te he notado algo descontralada desde hace unos días princesa- Sofía sabía que su padre tenía razón algo en ella la tenía muy alterada -No lo se, papa te juro que me intento controlar pero la sangre de Renesme y la de Jacob me estan matando y no es normal he estado contigo un millón de veces en el hospital y nunca me había sentido así hacía cuarenta años que lo tenía controlado... Pero tranquilo lo controlare- explico la pelirroja -Sé que lo harás- respondió Carlisle acercándose a su hija poniendo su brazo sobre los hombros de esta mientras se dirigían hacía casa por todo el bosque.

Edward oyó como su hermana pequeña se estaba agobiando con el olor de la sangre de su hija, si Sofi no podía soportarlo tras seis décadas conviviendo con la sed ¿Como será con Bella?
-Papa, Sofía se ha ido a cazar... Sola- dijo este mirando a Carlisle la última palabra fue la llamada de atención del rubio para levantarse lo mas rápido posible y salir disparado por la puerta persiguiendo a su pequeña, tras una mirada de preocupación por parte de Esme.

La visión de Alice era clara, Aro también quería tener a la pelirroja en su guardia, no debían dejar que Sofía estuviese sola, podrían venir por ella en cualquier momento. Desde ese día Carlisle y Esme no dejaban que la pelirroja estuviese muy alejada de ellos se negaban a perder a su hija pequeña solo por un capricho del codicioso Vulturi. Toda esta incertidumbre iba ligada a la rapidez en la que Renesme crecía, la espera del despertar de Bella y el malestar de Sofía.

Antes de entrar en la casa Edward salió para pedirle algo a su hermana pequeña -Sofía- pero antes de empezar a hablar leyó lo que su hermana quería decirle solo necesitaba tener un poco de tiempo a solas -sabes que esa no es una opción- respondió este, Carlisle puso una cara de confusión -¿Que es lo que pasa?- pregunto su padre muy interesado -Nada-respondio la pelirroja mirando con cara de asesina a su hermano, Carlisle no estaba satisfecho con esa respuesta y lo dejo estar, dandole un beso en la cabeza a su pelirroja mientras se dirigía a la casa, dejando a los dos hermanos a solas... -Ni se te ocurra decirle lo que se me pasaba por la cabeza... Ni a mama tampoco ¿Te ha quedado claro?- decía la joven acercándose peligrosamente a su hermano mayor -Esta bien entendido pelirroja... Te tengo que pedir que pases un rato con Renesme... No te has acercado a ella ni una vez... Por favor- ella no tuvo ni que hablar Esta bien... Pero no quiero hacer daño a Renesme

-Cielo- dijo Esme con una sonrisa acercándose a Sofia -¿Todo bien?- decía mientras tocaba el pelo de su pelirroja -Si mamá, tranquila- decía mientras se abrazaban con fuerza -Bueno Renesme está es tu tía Sofía- decía Rosalie acercándose a ambas, los músculos de Sofía se tensaron, trago saliva y su madre la abrazo fuerte -Tranquila lo harás bien- le tranquilizo Edward con una sonrisa -Hola Ness, que linda eres- saludo la pelirroja tomándola en sus brazos, una sonrisa se apoderó de la cara de Edward su hermanita la que más amaba estaba con su hija ¡Por fin! Ya solo faltaba que su adorada Bella despertase para compartir esa vida eterna -Hey Ed tiene tu nariz y tu sonrisa- afirmaba Sofi acariciendola muy despacio
sentía como su cuerpo se relajaba y ya no sentía una sed insoportable al mirar al nuevo miembro de su familia -Bueno ya puedes soltarla chupa sangre- decía Jacob intentando quitar a la pequeña de los brazos de la pelirroja y está lo repuso con un gruñido -Lobito es mi hermana, ni se te ocurra hacer nada de lo que te arrepientas- amenazó Edward Déjamelo a mí hermanito, se como protegerme de un chucho leyó en la mente de la pelirroja, está dejo a la pequeña en los brazos de Esme y se dirigió hacía Jacob -Un chucho cono tú no me va a decir lo que puedo hacer o lo que no ¡TE HA QUEDADO CLARO!- grito enfurecida mientras controlaba al lobito haciéndole no poder mover ni un músculo con una palabra única para lograr lo que siempre desea CONTROL.

-Edward, Bella esta apuntó de despertar- grito Alice sin haberse fijado en la tensión que había en ese momento en el salón, pero sus palabras llamaron la atención de todos, Edward se marchó hacia el cuarto donde estaba su esposa no sin antes dar un beso a su hija y a su hermana pequeña voy a matar a este lobo te lo juro, y corre a por tu esposa lo estas deseando leyó en la mente de la pequeña Cullen antes de irse -Te adoro pelirroja-respondio a los pensamientos de su hermana.

Esme y Rosalie bañaban a Renesme y los chicos junto gon Alice habían ido a cazar, el padre de los Cullen estaba en el sofá leyendo con la pelirroja recostada entre sus brazos -Oye papá- llamo la atención de Carlisle, su Sofía -Si los Vulturis llegan a venir... ¿Qué más da si me llevan a mí? Lo importante sería que se queden Alice y Edward... Aro no puede hacerme daño- esas palabras afectaron mucho al doctor -No digas eso princesa... Tú eres esencial en esta casa, en mi vida, en la de Esme... Eres nuestra pequeña y además los Vulturis son mas poderosos de lo que crees... Así que deshaste esa idea de la cabeza... No dejare que te apartes de mi lado nunca ¿me oyes pelirroja? Nunca- sentenció Carlisle apretando a Sofia contra su pecho, pero ellos ignoraban que Aro estaba buscando cualquier delito para intimidar al aquelarre Cullen y llevarse a sus piezas más importantes