Parte 2

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Abrí rápidamente los ojos. Vi un rostro que me miraba. Me incorporé lo más rápido que me permitía mi asombro. Delante de mis ojos tenía al humano metálico que yo mismo había creado, vestido con la misma ropa vieja que le había colocado, y con mi teléfono móvil en la mano.

- ¿¡Cómo...?!

- He acudido lo más rápido posible cuando oí la orden del maestro – dijo el robot -. Aquí está su teléfono.

Estiró el brazo para pasarme el móvil. Lo cogí despacio, con aire pensativo.

- Entonces... ¿eso quiere decir que harás lo que te ordene?

- Por supuesto – contestó -. Yo fui creado para servirle únicamente a usted.

Observé durante un momento el rostro inexpresivo de mi creación. Luego sonreí levemente.

- Está bien – dije -. Si es así, quiero que me trates de tú, y no te dirijas a mí como una autoridad; mejor como si fuera un amigo. Y... no estoy muy seguro de si tengo derecho a ponerte un nombre.

- Claro que sí – respondió el robot.

- Está bien, en ese caso a partir de ahora te llamarás Gaara, ¿te gusta?

- Me parece perfecto – contestó él.

- Muy bien, a mí puedes llamarme Lee. Espero que nos llevemos bien, Gaara.

- Por supuesto, Lee.

Unos días de convivencia con el robot bastaron para demostrarme que distaba mucho de ser una persona. Aunque le hablase como si fuéramos amigos de toda la vida, la inexpresividad en el rostro de Gaara siempre me hacía enmudecer, pero, ¿cómo podría lograr enseñarle la manera de sentir?

Un día, yo estaba mirando distraídamente por la ventana del salón, mientras Gaara leía unos libros que había cogido de mi estantería. Últimamente había notado que estaba muy interesado en la lectura, y me pregunté si estaría aprendiendo algo de las maneras de pensar de los humanos. De repente, cerró el libro y levantó la cabeza. Me miró con sus ojos artificiales, hechos de cristal casi transparente.

- Lee, ¿puedo preguntarte algo?

- Por supuesto que sí, dime.

- ¿Qué es exactamente el "amor" del que tanto hablan estos versos?

La verdad, al principio no supe cómo explicarle la mecánica de un sentimiento tan complejo como era el amor. Suspiré, sonreí y me senté en una silla a su lado.

- Amor, Gaara, es una emoción tan difícil de comprender para nosotros, los humanos, que no podría darte una definición exacta – expliqué -. Sin embargo, te diré que hay muchos tipos de amor, y todos tienen en común ciertos aspectos. Cuando amas a alguien, quieres estar con esa persona y protegerla pase lo que pase. También quieres que ella te devuelva ese mismo amor, que se dé cuenta de tus sentimientos. Podemos llegar a cometer verdaderas locuras debido al amor.

Gaara me había estado escuchando como atontado. Me miraba atentamente, como si estuviera estudiando cada parte de mi cara.

- Bueno – sonreí -. No te preocupes si no lo comprendes, después de todo no estás hecho para eso.

- Pero... creo que lo entiendo – replicó él -. Querer estar cerca de alguien, protegerlo y mantenerlo feliz.

- Sí, es algo así. Lo has captado bastante bien.

- Entonces, ¿eso significa que te amo, Lee?

Kokoro (LeeGaa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora