Parte 4

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Cogí un papel y escribí una nota a mi compañero, diciendo que iba a salir a dar un paseo. Una vez estuve fuera de la casa, mis pasos me llevaron a un pequeño cementerio cerca de allí. Las hileras de tumbas se repartían a lo largo del campo. Estrechos caminos estaban construidos entre las hileras. Conocía aquel lugar mejor de lo que me hubiera gustado. Caminé por uno de los senderos de piedra, hasta llegar a una lápida de mármol gris.

- Hola, Gaara - dije.

Me arrodillé en frente de la tumba. Allí estaba grabado, sobre la superficie gris, el nombre de la única persona que había llegado a amar.

- ¿Sabes? Al final conseguí crear el robot del que tanto hablábamos. Se parece mucho a ti. Supongo que lo hice inconscientemente.

Ahí me derrumbé. Las lágrimas empezaron a brotar de mis ojos.

- Te echo de menos... No ha pasado un día sin que pensara en ti. ¿Por qué te tuviste que ir?

Me sequé las lágrimas con la manga. Con los ojos hinchados y rojos, volví a mirar hacia la tumba.

- Lo siento, no quiero que me veas así... Creo que volveré a casa ya.

Me levanté despacio, sin apartar la mirada de la lápida.

- Gaara... nunca olvides que te quiero.

Una última lágrima se escapó de mi ojo. Rápidamente la sequé y volví a casa con paso decidido. Al abrir la puerta, me encontré con el robot sentado en el sofá, mirando fijamente a la puerta.

- Has ido al cementerio, ¿verdad?

Me quedé callado un momento. Aquello me pilló por sorpresa, ¿cómo sabía él eso?

- Bueno, bueno - sonreí -. ¿Me has estado siguiendo?

- No, decididamente no. Solo tenía esa sensación.

- Pues estás en lo cierto - me senté a su lado -. Estaba visitando a una persona muy importante para mí, que ya no está con nosotros. ¿Sabes? Se parece mucho a ti.

- ¿A mí? ¿También era un robot?

- No - reí -. Él era humano, pero tenéis la misma apariencia.

- ¿Me construiste para que fuera así?

Volví a enmudecer. La verdad es que sí. Aquel ser metálico solo había sido un intento de traer de vuelta al que había sido el ser más querido para mí. Gaara y yo siempre habíamos hablado de construir un robot los dos juntos. Solíamos bromear diciendo que sería como nuestro hijo, el hijo que nunca podríamos tener. Luego, aquel accidente en el laboratorio... Gaara era científico, y aquel día estaba investigando con otras dos personas. Recuerdo perfectamente esa tarde, cuando yo fui para darle una sorpresa cuando saliera del trabajo. Al llegar allí, todo era caos. La policía, los bomberos y varias ambulancias estaban allí. Vi como sacaban a dos chicos jóvenes de entre los escombros. Busqué desesperadamente con la mirada en busca de alguna señal de Gaara. Finalmente, avisté a dos hombres empujando una camilla. Subieron al pelirrojo a una ambulancia, y yo me presenté en el hospital lo más pronto que pude. Estuve a su lado hasta que exhaló su último suspiro. Prometí acabar el robot que los dos habíamos soñado, nuestro hijo artificial. Es por eso que nunca descansé hasta verlo acabado.

- ¿Lee? - me llamó

- ¿Qué? Ah, sí - miré tristemente al suelo -. Creo que te hice así sin ser consciente de ello, lo siento si te molesta.

Kokoro (LeeGaa AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora