El secreto de Luna y Draco.

!EN VERDAD ERES TÚ¡

Hola a tod@s espero estén excelente, bueno aquí está el segundo capítulo.

Saludos

!EN VERDAD ERES TÚ¡

-Sí, Luna... ¿Cómo estás Draco? ¿Qué haces en Francia muggle? Sabes luces muy bien con ese estilo - dijo Luna con una gran sonrisa sincera y ese brillo intenso en los ojos sin proponerse, ese que sólo Draco provocaba en ella.

- Ahora vivo en Paris llevo el control de los negocios Malfoy y Black, pero en general los fines de semana salgo de la ciudad y me quedo en diversos poblados de Europa muggle -Contestó con cortesía sin poder evitar en su interior la emoción que sentía al ver a Luna, estaba tan linda como siempre aunque nunca lo había dicho en voz alta, vestía unos jeans ajustados con botas arriba de la rodillas con agujetas desde el inicio color negro, blusa de cuello en "V" color blanca y un saco de piel negro corto y ajustado, su cabello era largo y ondulado pero con brillo en su color natural dorado, tenía los labios con delicado brillo rosado y sus hermosos ojos azules resaltaban sus rubias y largas pestañas, lucia increíblemente hermosa pensó Draco.

-Me gusta pasar desapercibido, además le he encontrado el gusto a algunas cosas muggles, dime... ¿Cómo estás Luna?- pronuncio Draco con ternura el nombre de ella.

-Feliz de verte Draco -le contesto con una sonrisa enorme mirándolo directo los ojos.

Draco sonrió de lado y la miro de forma suspicaz -y yo también de verte ¿porque estás aquí?- siempre tan sincera y ocurrente pensó.

-Hago investigaciones sobre criaturas de todo tipo y estoy escribiendo un libro sobre ello, además escribo para una revista de naturaleza mágica y en una revista muy famosa muggel, por supuesto sigo enviando a mi padre artículos para "El Quisquilloso", ahora mismo iré al lago a ver el atardecer y comprobar un acontecimiento ¿Te gustaría ir conmigo?-preguntó Luna con gran emoción.

Draco no dudo en ir con ella y se encaminaron hacia el lago que era una visión por completo diferente al lago negro de Hogwarts.

Luna sacó de su bolso una manta y la puso sobre el pasto, llevaba un cuaderno y lápices para dibujar, su pluma especial, así como unos binoculares muggles y sus típicos espectroanteojos con los que veía sus criaturas increíbles.

Draco miraba absorto como Luna acomodaba sus cosas, su rostro le resultaba más bello y a pesar de lo que había sufrido años atrás seguía emanando esa paz que le llegaba a su corazón el que creía muerto y ahí en ese hermoso lugar con ese bello atardecer, los recuerdos rondando su mente y teniéndola tan cerca algo que le parecía ya imposible hasta de pensar, se dejó llevar por un impulso casi animal y se abalanzó sobre ella besándola con fuerza de la manera más apasionada y voraz que hubiera podido, no podía detenerse, simplemente no podía, si algún día lo había logrado eso quedaba en el pasado ahora la tenía en sus brazos y no la dejaría escapar.

Draco recostó a Luna sobre la manta que también desprendía un dulce aroma a chocolate y café en una deliciosa mezcla dulce, ahora todo era ella, se sentía embriagado por el momento, los recuerdos y los aromas, era una jugada del destino, se había prometido a sí mismo olvidarla, dejarla ser feliz, pero ahora ahí la tenía debajo de su cuerpo, respondiendo a sus besos y a sus caricias de la misma manera que él con necesidad absoluta, Draco levantó su varita y sin pensarlo realizó todos los hechizos protectores que conocía.

Luna le miró de manera cómplice y curiosa, él mirando a sus ojos con todo el sentimiento contenido realizaba la pregunta tácita a lo que ella sin responder con palabras lo atrajo hacía su rostro para seguir besándolo con urgencia, la sonrisa de Draco no tenía comparación estaba absolutamente feliz y si lo meditaba ya nada le impedía estar con ella y hacerla feliz, nada.