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La clase de matemáticas había comenzado y claro, como siempre yo trataría de pensar en la forma de sacar unas cuantas conclusiones del comportamiento del que se creía príncipe de todo lo que le rodeaba.

Alan White parecía un roble en su asiento en la clase mostrando ser el perfecto alumno que no cometería ningún error. Era una basura. Nadie podía decir sobre el algo malo ya que nadie le encontraba algún desperfecto, su apariencia, su cabello, ojos profundamente oscuros, su voz e inclusive sus perfectas calificaciones lo hacían parecer una delicada flor de la pradera en plena perfección con el paisaje que le rodea.

La clase de matemáticas había terminado, no me quedaría a ver qué era lo que hacía él, parecería una acosadora de tanto observarlo, no es que me importara pero al menos me preocuparía de mantener un perfil bajo.

En el pasillo se escuchaban voces que poco a poco aumentaban, un chico de apariencia sombría y delgado con ojos grises venía acompañado de una chica de cabello corto, delgada, con un piel la cual se observaba bastante cuidada y el cabello teñido de un azul marino profundo se acercaban. Eran mis raros amigos que estuvieron conmigo los años anteriores de secundaria; John Steve y Sophie Blasse, aparecieron en mi búsqueda de no comer sola en el almuerzo y así no parecer una chica sin una vida social y así no sería el motivo de burla de muchos engreídos que poseía la escuela, en los primeros días del semestre.

-Hola Gwen.

-Wow, parece que te acostumbras rápido a tu entorno- dijo ella.

-Sabes... no se me complica. Una persona agradable como yo solo se conforma.

-Eso veo- dijo en tono sarcástico

-Aun sigues obsesionada con tu "hombre pálido"- haciendo comillas con sus manos.

-¿Hombre pálido? ¿Qué pasa con ese estúpido apodo?

-Realmente eso parecía; para ti. Sigues las huellas de alguien, que aunque te cueste admitirlo te gusta. ¿Por qué tanto interés en su vida?

-No solo es interés en su vida; es en cada cosa que hace estúpidamente misteriosa. Perdón por ser tan curiosa.

-Siento que exageras -dijo él.

-Eso piensas tú. Pienso que hago lo que siento que está bien, nada más. -dijo ella levantando una ceja.

-OK. No vengas llorando a mi después que te rechace y vea que eres una loca acosadora.

-Ten por seguro que no me gusta en ese sentido. Lo veo más bien como una investigación, es el centro de mi investigación.

-Y ¿enserio crees que te creeré eso?

-Claro. Créeme no soy una loca acosadora, solo tengo intenciones de responder unas preguntas que desde pequeña he tenido acera de su vida.

-Aun sigues sin contarme todo ese rollo de cómo lo conoces desde antes. -dijo el, mordiéndose el labio.

-Te lo contare cuando sea el momento.

-Porque tengo la sensación que nunca me lo dirás. -dijo el, en tono sarcástico.

-Piensa lo que quieras. -dijo ella, con una sonrisa que mostraba el cielo.

El hecho de que así como dijo John puede ser acoso, aunque nunca lo he visto así, solo que mi curiosidad aumento cuando entramos a esta escuela. Estar en último año de secundaria realmente es difícil, no solo por las pilas de tareas acumuladas que tengo en el escritorio de mi habitación, son demasiadas cosas que planear pero desde que conozco al raro de Alan White mi vida ahora tiene un gran motivo por el cual salir en mi bicicleta por las tardes y buscar un poco de vida privada del ogro de Alan. Pensándolo bien, creo que si es acoso.




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