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Mi obsesión comenzó en primaria, un niño se había mudado a la casa que estaba enfrente de la mía. Como todos los días desde que había nacido pasaba mis tardes con cualquier cosa con tal de olvidarme de todas las personas que me rodeaban, solo me la pasaba escribiendo pequeños fragmentos de poesía, ya que de vez en cuando, cada noche mi padre me leía algún poema de alguno de sus poetas favoritos. Recuerdo que me tardaba horas buscándole rima a mis... pequeños poemas; pensé que era una buena forma de pasar el tiempo ya que de pequeña prácticamente no tenia una buena vida social de la cual regodearme. Bueno amenos no recibía llamadas de alguna que otra amiga para comentarme que le gustaba un niño de secundaria y tardarme horas platicando de sus amoríos o nadie toco mi puerta para salir a jugar. En la escuela a la que asistía nadie me notaba, era una tipo sombra que merodeaba por ahí. Tampoco me importo buscar amigos. Si, me sentía sola pero no me apetecía acercarme a un pequeño y empezar una platica así como si nada; aun me sorprenden los pequeños que tienen una tremenda fluidez en sus palabras, se podría decir, que un niño de unos 5 años tendría mas vida social que yo. Se podría decir que daba lastima.

Mis fiestas de cumpleaños eran con la familia, nada de salidas, nada de pequeños castillos inflados o muchos pequeños corriendo por toda la casa, claro... los únicos que recordaban el día de mi cumpleaños obviamente era mi familia. Pero así como hubo cosas malas también las hubo buenas.

Retomando el hecho de que se mudaron en en frente de mi amado y peculiar hogar. Estaba un auto de color azul metálico, con ventanas oscuras y de buena marca en frente de mi casa. Pensé en el tipo de familia pretenciosa, adinerada, llena de lujos, no como cualquier familia eso estaba claro. De la puerta trasera del auto bajo un pequeño que aparentaba tener mi edad, me sorprendió el hecho de que una familia de la alta sociedad estuviera en la misma calle en la que vivía y aun mas en frente de mi casa mediocre, la cual tenia paredes de un color verde musgo hecha bastante a la antigua. Por un momento me quede contemplando su hogar y comparándolo con el mio; el pequeño que se bajaba, tenia un muñeco en forma de zorro y con una preciosa ropa de marca, realmente parecía un príncipe de la forma en la que estaba vestido, en esa escena solo faltaba su gran corsel, aunque fuese exagerado.

Cada miembro de esa familia parecía superior, como si este planeta no los mereciera por ser tan espectaculares. Cada segundo, cada minuto, literalmente merecía toda mi atención. Del auto no dejaban de bajar familiares, ademas del pequeño bajo una chica de un estilo ingles moderno como sacada de un cuento, cabello lacio y rubio, grandes ojos como esmeraldas y un cuerpo bastante cuidado, por consiguiente bajo otro pequeño al cual no pude ver muy bien, ya que salio corriendo directo al que seria su hogar , me parecía verlo llorando, también bajo su madre, una mujer preciosa, nada comparada con mi madre. Mi madre es preciosa a su manera. Pero ella realmente parecía simple y sencillamente la reina de Inglaterra; una mujer de clase la cual su cabello bañaba sus hombros con un color casi llegando a la luminosidad del sol, era raro y poco común de ver en las mujeres de hoy en día, al menos mi madre no tenia esas peculiaridades. Mi madre por otro lado, provenía de un pequeño lugar en las afuera deMassachusetts, al parecer mi madre era una mujer de carácter fuerte, bueno, aun lo sigue siendo, capaz de enfrentarse a cualquiera por su familia, que lo da todo por mantenerse de pie ante las adversidades. Considero que al comparar a mi madre con mi nueva vecina no sirve de nada, ambas tienen algo peculiar y hermoso en su ser.

El esposo de mi nueva vecina al igual que todos ellos, parecían personas correctas, vestidas formalmente con sus trajes delicados casi resplandecientes parecían sumamente de la realeza, aparentaban ser una familia perfecta. Muy lejos de ser la típica familia donde los padres e hijos son problemáticos sosteniendo miles de deudas. No era nada comparado con mi familia. Boquiabierta en la ventana de mi habitación me quede mirando hasta que dejaran de bajar su equipaje del auto y cada uno estuviera ya adentro de su nuevo hogar.



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