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Petrificada.

Tenerlo frente a mi, con esa mirada que congela tu universo al rededor. Que las horas, minutos y segundos no siguen, que esperan a que alguien mueva las manecillas del reloj para que este siga contando las horas que pasa día a dia.

Alan estaba frente a mi. Sin decir una palabra seguí comiendo mi sandwich de mantequilla de maní. Hasta que el silencio que reinaba entre ambos se destruyó.

Sus labios se movian, como las ondas en el mar. Rápidamente quite mis audífonos para escuchar su voz.

-¿Te he visto antes? -dijo el

Su falta de memoria me esta asustando, ¿Quien se olvida de las personas así de rapido? ¿Que clase de enfermedad tiene?

-Claro... Eres la chica de mi salón, sabía, que te había visto en algún lugar, algo dentro de mi, me lo decía -dijo poniendo ambas manos en la manzana que estaba en la mesa, la cual reservaba para mi, después del sandwich.

-¿sabes? Eso es mio... -dije, con la más mínima expresión posible, quede aturdida, no se si era emoción o enojo el que desbordaba de mi.

-Lo se... es solo que... siento que puedo tener toda la confianza del mundo contigo. Me parece extraño.

Alan... ¿cambio? ¿que ha pasado? ¿en realidad el tiempo se congeló?. Las palabras más raras dichas por Alan. ¿inspirar le confianza? ¡A que viene eso!

-A que te refieres -dije extrañada

-veras, no soy bueno para recordar a las personas, y... por algún motivo siento que ya te conosco, pero me he esforzado por querer saber si es asi o no. Y puff todo se desvanece. No recuerdo tu nombre, donde fue la ultima ves que te vi. Es extraño. Por eso quiero aclarar mis dudas con respecto a ti.

La vida me estaba haciendo una jugada, y muy mala. Pero muy adentro de mi, estoy sonriendo. En el fondo de Alan me recuerda, me recuerda y eso es lo que importa.

-¿Enserio no te acuerdas de nada? Créeme que no me gustan las bromas.

-Si quisiera hacerte una broma ¿no crees que seria mas creativo? -dijo levantando ambas cejas, con ambas manos jugando con mi manzana

-No me convences.

-¿Que quieres que haga?

-No lo se.

-¿Entonces?

- ¿Quien eras hace nueve años?

Alan se quedo pensando en una posible respuesta mientras yo formulada todo lo que acababa de pasar. Fue lento pero al mismo tiempo un tanto rapido. Una confesion, que me ha dejado sin palabras. ¿Que mas podría preguntar?

- Iba a un colegio de niño... después me fui un tiempo a Europa... --Lo se- dije interrumpiendolo-- entonces... volví hace tres años... y e estudiado mucho y he sacado las mejores calificaciones, estudio a diario. No hay un día que al menos le dedique unas cuantas horas a estudiar. No es tan interesante, tube unas cuantas novias, pero... ¡No se porque demonios siento que cuando te veo, se me mueve el mundo, y que el mundo me esconde algo!

Quería llorar y gritar, estallar de una buena vez y decirle que era muy importante lo que me estaba diciendo.¿Que importaba ahora? Lo ha dicho, me recuerda, no exactamente pero me recuerda.

-¿No recuerdas a una niña que vivía frente a tu casa? -dije ciñendo el entrecejo

- No recuerdo a ninguna niña, pero si recuerdo que era feliz, y que salia todos los dias, pero no recuerdo que era lo que hacia.

-Sabes... no importa... al menos podemos ser amigos ahora.

Triste. Frustada. Culpa. Todos los sentimientos más horribles desbordaron en mi empezando a dar vueltas en mi estomago dándome náuseas inmundas.

-Claro. ¿Por qué no?

Se escuchaba ya el sonido del timbre para regresar a los salones de clase. Me sentía lamentable. Seguí caminando después de haber tenido esa repentina platica con Alan. ¿Que acababa de ocurrir? ¿Acaso era una pesadilla no tan mala?

Al cabo de unos minutos tras haber llegado al salon, era tiempo de quimica, Alan se incorporó a la clase, sin levantar sospecha alguna. Entró y me hizo un guiño.

La clases como siempre eran aburridas, siempre deseo que en la clase de química halla algún tipo de explosión y todos salir corriendo del edificio para cubrirse del humo.

Mi mente no estaría nada tranquila después de aquello, debía de haberle dicho que habíamos sido Buenos amigos en la infancia, y que pase los mejores días jugando con el. Perdí una valiosa oportunidad.

Arrepentirme no servía de mucho. Faltaba poco para que terminará el día de clase y no podía seguir sintiéndome mal, osea, es como cuando no sabes si estar enojada o triste o las dos al mismo tiempo. Alan se había quedado de ultimo intencionalmente, espero a que todos salieron del salon, los alumnos por lo general salían rápido al igual que yo, nadie quiere seguir un minuto más en la escuela. A sólo unos pasos de la salida, Alan tomó mi brazo, y me dijo que me quedara.

-¿Podrías quedarte unos minutos? Se que es desesperante pero unos minutos ¿si? -dijo en modo de súplica

-claro. ¿Que pasa?

-¿Podrías tomarte una foto conmigo y luego anotar tu numero telefónico en mi celular, y hacerme una grabación explicando como y cuando te conoci?

- Eres un demente. ¿porque tanto?

- Es... ¿podrías hacerlo?

-Espero no seas un  loco maniaco.

Después de haber terminado con la foto, la grabación y guardar mi numero como contacto en el celular de Alan comenzamos a salir del salon, ya era tarde, al parecer llevo algo de tiempo la foto, por lo general no salgo bien en las fotos, así que cuando la veía mal insistía en tomar otra, si iba a recordarme al menos tendría que tener buen aspecto ¿no?

Después de haber salido, me di cuenta que en la grabación que había hecho, no le dije como lo conocí exactamente por lo que le pedí que me regresara su móvil y que haría una nueva grabacion.

Nos paramos a unas cuantas cuadras de nuestras casa y comencé a decirlo todo.

No paraba de mirarme después de haber terminado con la grabacion, se quedó mirándome asustado, como si hubiese visto a un demonio.

-oye... ¿que pasa?

-¿Es cierto todo lo que acabas de decir?

-No tengo porque mentir. Siento no haberte lo dicho en la cafeteria, es solo... que quizás ya no importaba.

-¡Porque no habría de importarme!

-No lo sé sólo pense...

-¡Pues pensaste mal! -dijo gritando

Después de haberse tranquilizado me explico Muchas cosas de el a las cuales no hallaba explicación cuando las veía por el telescopio en mi habitación.

Me explico que siempre estudiaba más de la cuenta por el simple hecho de que carecía de amigo. Lo categorizaban como un antisocial. No recuerda como paso todo aquello de haber perdido la capacidad para recordar. Que para mantener un recuerdo debía de anotarlo, tener evidencia de conocer a esa persona.

En su habitación por lo general habían pegadas muchas fotos de personas que según yo conocía y eran sus amigos, pero era por el simple hecho de no olvidarlas, de no fracasar como amigo que era. No me había dado cuenta de la vida solitaria que había tenido que sufrir Alan. Y mi sentimiento de culpa aumento, por haber pensado en lo peor, y creer que cuando me ignoraba y cuando pudo haberme brindado apoyo había sido intencional.

Llegamos a nuestros hogares, y cada quien entró a su casa.

Impaciente subí las escaleras hacia mi cuarto, tenia que descargar todo lo que había adquirido este dia, en algunos versos.



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