II (re subido)

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Pasaron los días y ambos parecíamos disfrutar el no estar solos, además Era interesante tener alguien con quien hablar. Comenzamos a vivir juntos de golpe y había sido divertido.

Un día estábamos hablando
- Oye- me dijo
-Si- dije
-¿Me podrías decir una cosa?-
- ¿Claro, que quieres saber? -

-tu... sabes no nada olvídalo -

-oye, eso no es justo-dije haciendo pucheros -termina de decir lo que ibas a decir. -

-no lo diré- dijo apenado

-o claro que lo harás- dije mientras me abalanzaba sobre el para hacerle cosquillas

-oye, no- grito mientras reía- detente por favor. Está bien te lo diré- dijo al borde de las lagrimas

-te escucho-

-está bien- dijo soltando un suspiro - ¿te diviertes estando aquí? -dijo mientras se rascaba la cabeza - me refiero...

-si- respondí sin dejarlo terminar- me divierto estando aquí contigo-

-eso me tranquiliza-dijo ya menos tenso- pensé que te aburrías

-aunque a pesar de todo no me has dicho por que estas en la ciudad-

-es que nunca me habías preguntado- dije sacándole la lengua

Me miro como reclamándome por mi actitud tan tranquila y luego pregunto:

-¿entonces me dirás?-

-solo si te interesa escucharlo- suspire mandando le una mirada de aprobación

Ezra sacudió la cabeza accediendo y como diciendo "me portare bien"

-he venido a encontrar a mi madre- dije decidida- he estado mucho tiempo separada de ella. Ya que mi padre me dijo que ella estaba muerta y después me contó la verdad, estaba tan molesta en ese momento que decidí venir a buscarla. Pensé que con suerte la encontraría en poco tiempo; pero como puedes ver esto llevara un poco más investigación que solo salir a buscarla a la calle-

-así que ese es tu objetivo- pareció pensarlo un poco- bueno. Te ayudare a buscar a tu madre; pero tienes que dejar que primero investigue un poco sobre ella para que no perdamos tiempo en encontrarla. ¿Si?-

-si- respondí sonriendo-gracias Ezra

********

Pasaron los días y comenzamos a investigar quien podría ser mi madre ya que el único indicio que mi padre nos había dado era su nombre. Pasamos semanas en lo mismo pero no parecíamos encontrar nada relacionado con ella, era una ruta muerta. Ezra había traído todos los registros que había encontrado y nada; llevábamos casi dos meses leyendo sin parar cuando Ezra dijo:

-deberíamos tomar un descanso, llevamos tres días sin dormir, siento que colapsare- dijo dejándose caer en el suelo de la sala- no se tu pero yo necesito comer

-tienes razón, si hubiera algo sobre ella en estos registros ya lo habríamos encontrado- dije soltando un suspiro

-no te desanimes todavía hay más registros que revisar-

-eso es lo que me preocupa- chille- después de esto no quiero volver a ver un libro de registros en mi vida-

Ezra al ver mi reacción estallo en risas y no se detuvo por al menos diez minutos y mientras tomaba aire dijo:

-vamos a comer, por favor; de lo contrario terminare comiéndote a ti-

-no me comas, por favor- dije mientras me tiraba al suelo y hacia pose de presa asustada-

El rió y se levantó del suelo y acto seguido me extendió la mano para que yo me levantara del suelo.

Comimos una pasta con vegetales que Ezra hizo ya que yo no soy muy buena cocinando. Pasamos unas horas solo hablando y después decidimos que habíamos estado mucho tiempo en la casa y deberíamos de salir a tomar un poco de sol; así que decidimos ir a un claro en el bosque y por lo que entendí los kilómetros a la redonda de la casa de Ezra eran su ¨jardín¨ ya que eran de su propiedad. De esa manera decidimos ir a un paseo a su ¨pequeño¨ jardín.

Pasamos horas caminando por varios lugares, había un riachuelo, una pequeña laguna y hasta una cascada; era increíble. Al cabo de un rato yo ya estaba demasiado cansada de estar caminando así que decidí volar por un rato mientras Ezra descansaba.

Pensé- un pequeño vuelo no dañara a nadie ¿cierto?- así que extendí mis alas y comenzó a volar.

Volé por unos minutos y repentinamente sentí como algo se acerba hacia mí a gran velocidad y era ya muy tarde para esquivarlo, a continuación sentí un dolor punzante en mi costado y pude ver como un flecha se ensartaba justo debajo de mi ala y mis costillas y caí...

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No solo los ángeles vuelanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora