Desde lo ocurrido el lunes, las cosas van mejor, y después de meditarlo muchísimo, lo tengo claro, quiero intentarlo con el, pero hacerlo bien, nada de secretos ni estupideces.
El día transcurre con total normalidad, el me mira, sonríe y yo hago lo propio. Los demás nos miran como si guardáramos el secreto más maravillo del mundo.
En cuanto llego a casa me meto a la ducha, dentro de unas horas tengo que ir a Casinos, es el cumpleaños de Claudia, una compañera de clase además de muy buen amiga.
Estaba muy nerviosa, aunque bueno todos sabemos ya que eso no es nada del otro mundo, pero es que hoy sabia con total seguridad que las cosas iban a cambiar, que iban a cambiar para todos. Y una vez más, no me equivocaba.
Ya eran las nueve y estábamos todos en la CJ listos para cenar, cada uno se sentó como quiso en una mesa larga que recorría la habitación.
Pasaba la media y ya habíamos acabado todos, pero como siempre, nos quedamos hablando, cada uno con su grupo, y el mio en ese momento se formaba de Carlos y de Marc.
La escena era curiosa, yo sentada en las rodillas de Carlos, enfrente de Marc, el y yo conversábamos, nos reíamos, y Carlos lo escuchaba todo, no participaba en la conversación, se limitaba a escuchar. Y Nando, se dio cuenta de lo mágico que era vernos reír, de lo felices que podíamos hacernos.
-¿Porque no salís?- dijo Nando al llegar a nuestro lado.
Marc y yo nos miramos.
-¿Porque el no quiere?- contesté yo.
La cara de asombro que puso Marc fue como para fotografiarla, enserio.
¿Porque? Muy simple, el se había pasado día si y día también pidiéndome salir, y yo, me entere mas tarde de que el esa noche había tirado la toalla, que había decidido que yo era demasiado para el y que jamás conseguiría nada conmigo, y al decir aquellas cuatro palabras, vio que no todo estaba perdido.
La iglesia del pueblo hacia sonar once campanadas, y Nando, Marc y Carlos, me pedían que les acompañara a acompañar a Carlos a su casa, (valga la redundancia) y yo, obviamente dije que si. Este vivía cerca así que en un par de minutos ya estábamos ahí y en un par más nos encontrábamos una calle arriba del parque, hablando y riéndonos como si tal cosa.
-¿Puedo hablar contigo, Emma?- le temblaba la voz, le temblaba todo, estaba nerviosismo, era febrero y sudaba del nerviosismo que tenia encima.
-Ya lo estas haciendo, por supuesto que si Marc, ¿Estas bien?.- contesto yo también algo nerviosa, sabia lo que iba a decir.
-Mmmh... bueno- se pasa la mano por la nuca y me mira a los ojos- ¿Querrías, no se, ya sabes, salir conmigo?
Me quedo pensando por un momento, ¿de verdad lo tenia tan claro?.
-Si, nada me haría más feliz- Le doy un beso y de verdad me siento feliz.
Nando se asoma por la esquina, había dicho que el se iría mientras nosotros hablábamos, aunque los tres sabíamos que se iba a quedar a escuchar, esta sonriendo, sabe que esto lo ha hecho posible el en cierto modo.

ESTÁS LEYENDO
Soñando despiertas
Teen FictionDos chicas a priori totalmente distintas, se enfrentan a tercero de la eso se cree que vaa ser fácil pero no tienen ni idea de lo que les depara el destino