Un dia especial en el satomovie

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Eres una excelente maestra, Asami."añadió, sin mirarla. Estaba apenada, y no estaba muy segura de por qué. Se quedaron en silencio, incómodas. Korra se maldijo por haber hecho aquello, ya que Asami no hacía nada, y Korra puso las manos en el volante, dispuesta a regresar y encerrarse en su habitación, y no volver a verla en un tiempo, por la vergüenza que había causado.

Pero Asami puso su mano sobre la de Korra, y no la dejó encender el satomovil. Korra posó sus ojos sobre los de ella, y vio que le lanzaba una sonrisa. Fue Asami a que se acercó, y acortando la distancia que había entre un asiento y otro, la besó.

Los ojos de Korra se abrieron como bandejas, sin poder creer lo que había hecho. Los labios de Asami estaban sobre los suyos, y eran tan suaves, y el aroma del cabello negro de Sato había llenado sus pulmones. Entonces Korra cerró los ojos, y Asami se separó.

"L-lo siento..." dijo Sato, y Korra abrió los ojos. Ella se había volteado, ahora ella estaba apenada. Korra tocó sus labios con su mano, y luego se acercó a Asami. Tomó su rostro, e hizo que la mirara.

"No lo sientas."

Besó sus labios. Ambas cerraron los ojos, y el beso cobró vida. Comenzaron a aumentar la fiereza con la que se besaban, hasta que Korra puso sus manos sobre la cintura de Asami, e hizo que se levantara de su asiento, para sentarse sobre sus piernas.

Asami se separó para mirar los ojos del Avatar, sin creer lo que estaba pasando. Pero pronto se dio cuenta que no podía dejar de besarla. Korra enredó sus dedos en el sedoso cabello negro de Sato, y ésta pasó sus brazos alrededor del cuello de Korra.

Se comían la boca, sin poder evitarlo. Korra bajó una mano por el cuello de ella, hasta sus pechos, y luego la otra, para comenzar a desabotonar la blusa de Asami. Ella, mientras tanto, bajó una de sus manos para meterlas bajo la blusa de Korra. El labial rojo que usaba Asami ahora estaba también en los labios de Korra, quien según Asami, se veía extremadamente atractiva de esa forma. Korra besó sus labios, su mejilla, y pasó hasta su cuello. Aspiró el aroma de su cabello, y lamió la piel de su cuello.

Asami soltó un gemido, y sin evitarlo, sus caderas se movieron contra las de Korra, quien luego hizo lo mismo. Asami se sacó la blusa, a tirones, y Korra bajó besando hasta su pecho, y se detuvo ahí.

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