Dos: Verdades

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Aunque ahora tenía un amigo en quien confiar, seguía sin ganas de ir a la escuela. Estaba dentro del baño cuando por fin tuve el valor de volverme a ver al espejo. No había rastro de la chica alegre que fui hace unos años; en lugar de eso me encontré con una desconocida. Dos surcos oscuros delataban que mi cama me había traicionado y no había podido dormir, había perdido peso, mi pelo estaba crespo de las puntas, ya ni siquiera tenía forma. Todo ese tiempo me había consumido poco a poco. Lucía enferma, y aunque no lo estaba también me sentía así. "¿Cómo llegaste hasta aquí Camila?", me preguntaba una y otra vez, "¿Qué te paso?" "¿Quién eres?" pero nunca había respuesta. No quería ir a la escuela, pero tampoco soportaba estar ahí sola, donde todo me recordaba a Taylor, donde me enfrentaba diariamente a mis demonios.

Harry y yo nos volvimos inseparables. Aunque todos le hablaban y lo querían conocer, él no me hacía a un lado. Muchas veces intentaron convencerlo de alejarse de mí, pero nunca hizo caso a los comentarios de los demás y siempre me defendía. Inclusive Lauren se había entusiasmado con él. Un día la escuche decir "Harry es mas atractivo que Louis, ¡ops tendré que remplazarlo!" Y sus amigas comenzaron a reír. Ese día sentí miedo, había conseguido un amigo y si a Harry le gustaba Lauren me quedaría sola de nuevo; y quién no se fijaría en ella, tenía todas las cosas en las que un chico se fijaría, era popular, hermosa, con los ojos verdes más alucinantes del mundo, las piernas largas, el vientre plano, y un trasero increíble; estaba perdida.

Harry llegó poco antes de que iniciara la clase.

-Mila necesito un favor-

-Dime-

-Pero no quiero que te molestes conmigo-

Aquí venía, lo sabía, me dejaría por esa estúpida.

-Dime-

-Necesito que me acompañes mañana a una cena con mis papás-

"¿Qué? ¿Una cena? ¿Por una cena me iba a enojar?" Puse cara de interrogación, no entendía nada.

-Pero, necesito que seas mi novia; sólo en frente de ellos lo juro, no tenemos que besarnos, ni nada; bueno, quizá sólo nos tomemos de la mano-

-¿Tu novia?... Harry ¿Por qué no le dices a Lauren? Seguramente ella estaría encantada y no tendrían que fingir mucho, se muere por ti.-

¿Por qué dije eso? No lo sé, pero lo dije. Creo que me aterró que mi amigo se interesara en mi en plan romántico. Hay muchos hombres que en cuanto se enteran de tus preferencias saltan haciendo alarde de sus cualidades para ver si te cambian de opinión, como si el convencerte fuera un reto, y de lograrlo pueden presumirlo como muestra de su hombría. Patéticos.

-Mila, Lauren no me interesa, y, pues te lo diré así...-

Harry comenzaba a sonrojarse y yo a ponerme cada vez mas nerviosa, "¡Hay no, por favor!" pensaba cuando Harry me tomó de las manos y se acercó a mi oído.

-Digamos que me gusta más Louis que Lauren-

Abrí los ojos tan grandes como pude de la impresión. Si que me sorprendió.

-¡Noooo!, ¿en serio?- Por fin respiraba normalmente ¡puf! Que alivio sentí.

-No estoy jugando Mila, de verdad necesito tu ayuda, si mis papás se enteran me matan.-

-Harry, ¿por qué no me lo dijiste antes?, ¡claro que cuentas conmigo!-

-Gracias Mila, pero por favor no le digas a nadie-

-Harry ¿a quién le voy a decir? ¿A Lauren? – dije riéndome

-No, claro que no-

Genial, ahora mi mejor y único amigo también era gay, por supuesto que no le diría a nadie. No dejaría que él pasara por lo mismo que yo.

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