Mi abuela era muy importante para mí y no quería decirle adiós. Mi mirada estaba perdida en algún sitio del otro lado de la ventanilla, y mis pensamientos eran una enredadera entre los besos de Lauren, mi abuela y Taylor.
Cuando yo tenía cinco años, mis papás trabajaban todo el día, por lo que yo me quedaba en casa de la abuela. Ella era como mi segunda mamá, cuidándome y revisando que hiciera la tarea; pero era más como una amiga a la hora de jugar o contarle mis problemas. Cuando nos mudamos a México lloré mucho por dejarla ahí; pero el trabajo de mi padre nos llevaba lejos y no había nada que yo a mi corta edad pudiera hacer, luego terminamos en Miami, y aunque la distancia era más corta no la podía ver como me hubiera gustado.
Entré corriendo al hospital. Mi madre estaba sentada en la sala de espera junto a mi papá que no paraba de llorar.
-Camila- me llamó cuando me vio pasar cerca de ellos.
-¿Cómo sigue?- pregunté después de abrazar a papá.
-Igual hija- respondió él.
-Quiero verla-
-Te acompaño- dijo mi madre.
Cuando entramos a la habitación el alma se me fue hasta los pies; el verla postrada en una cama de hospital me destrozó.
-Carmen, Camila ya esta aquí-
Mi abuela abrió lentamente los ojos y sonrió al verme. Carmen Cabello era muy parecida a mí, con los ojos del café más intenso que yo conocía. En sus manos se marcaban los huesos y las arrugas llenaban su piel, se veía frágil y cansada.
-Hola pequeña- dijo quitándose la mascarilla de oxigeno.
Mientras respiraba se escuchaba un silbido que me dejaba helada. "¡Debí haber venido antes!" me reproché.
-Hola abuelita- Apenas y podía contener las lágrimas.
-¡Qué bonita te ves!- dijo viendo el color de mi cabello.
-Las dejo solas- dijo mi madre y salió de la habitación.
Me senté en un silla a un lado de la cama y tomé su mano.
-Tienes que ser fuerte- le dije.
-Y lo soy ¿o lo dudas hija?-
-No, claro que no abuelita-
-El que me tenga que ir no significa que sea débil, y si yo me voy tú tienes que mantenerte igual de valiente que siempre.-
-Abuelita no...-
-Kaki, yo ya estoy vieja; mi cuerpo ya no aguanta como antes, pero antes de irme quería verte y decirte que no importa lo que pase, tú siempre tienes que salir adelante. Eres una Cabello, fuerte y valiente, puedes llegar a donde tu quieras. Te quiero mucho y estoy orgullosa de ti hija.-
En ese momento me desmoroné, lloré como una niña pequeña y me aferré a su mano; me acarició el cabello con la otra como lo hacía cuando era pequeña.
-Shh, tranquila, vas a estar bien, y yo siempre voy a estar contigo-
-Pero no me vas a poder abrazar-
-Claro que sí, mientras duermas voy a venir a abrazarte y a velar tus sueños.-
-Te quiero abuelita-
-Y yo a ti te quiero mucho más, más que a nada en el mundo. Sólo quiero que seas feliz y vuelvas a tener esa sonrisa que ilumina el mundo, prométeme que harás todo por ser feliz-
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La Apuesta
Fanfiction-Ya sabes que por ahí se dice que del odio al amor sólo hay un paso. ¡POR FAVOR NO LO DES!- El amor es una apuesta en la cual no importa si ganas o pierdes, lo que importa es que pongas todo sobre la mesa. Original: La Apuesta, fanfic de t.A.T.u. ...