Daniel.
Era el día de mi 6to cumpleaños, yo pensaba que iba hacer el peor cumpleaños de todos. Ese día acabábamos de mudarnos a una ciudad completamente nueva, no conocía a nadie de ahí, por lo cual me aburriría. Iba en el coche esperando llegar a la nueva casa. Al llegar a lo que sería nuestro nuevo hogar no pude evitar emocionarme, era enorme comparado con el departamento pequeño donde vivíamos antes, aquí podía jugar a lo que sea ya que tenía un patio bastante grande, pero a pesar de todo esto todavía estaba algo triste por haber tenido que dejar a mis amigos.
Abrí la puerta del coche y fui caminando a la puerta principal de aquella enorme y algo vieja casa. Cuando mis padres abrieron la puerta, entré corriendo hacia la sala, estaba un viejo sofá a si que me senté para ver por la ventana, al mirar afuera no pude evitar llorar por mis amigos, ya que en mi antigua ciudad solía hacer esto con mis amigos. No tuve mucho tiempo para conocer nada, mis padres ya me habían inscrito a una escuela de por ahí y al día siguiente tenía que ir, así que saque de mi mochila un lápiz y cuaderno, ese tarde me la pasé dibujando. Ya por la noche mi madre me llevó a lo que sería mi habitación, solo había una cama y un buró con una luz de noche. Al entrar recuerdo que mi madre me empezó a dar ánimos porque me notó triste, era algo obvio según ella, hablamos 5 minutos y se fue, así que simplemente dormí.
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Sin Fronteras.
Teen FictionUn chico, una chica, amor y muchos kilómetros de distancia.