Sin Fronteras.

Viernes 10 de Diciembre del 2004

Era una lluviosa mañana de diciembre, aún tenía unos días antes de tener que ingresar a mi nueva escuela, me asustaba el estar cerca de esa fecha, aunque solo iría una semana antes de que empezaran las vacaciones de invierno. Solo quería que empezaran ya. Siempre he odiado levantarme temprano para ir a un lugar que no me gusta a hacer algo que no me gusta.
Estaba en mi habitación, aburrido sin nada que hacer, sólo miraba sentado por la ventana intentando estar bien. Seguía pensando en aquella silueta que había visto el domingo anterior, fue ahí cuando se me ocurrió esperar pacientemente en la ventana para ver llegar a la familia que allí vivía, así que simplemente observé por horas la lluvia hasta que dieron las 2 de la tarde, entonces vi estacionarse un auto en la cochera de la casa, estaba emocionado por ver quién vivía ahí. Fue ahí cuando la vi por primera vez, una niña que aparentaba tener 6 o 7 años, cabello lacio y largo hasta la espalda, era ella la niña en la que inconscientemente había pensado todo este tiempo, quería conocerla pero siempre he sido un chico bastante tímido, así que simplemente me resigné. Me acosté en mi cama y sin darme cuenta me quedé dormido.
Me levanté para ver el reloj y notar que eran solo las 6. Para ser sincero quería dormir lo más posible para no aburrirme tanto, de manera extraña tenía algo de ganas de ir a la escuela, supongo que mínimo allí no me aburriría tanto y así mi tarde pasó, aburrida y sola como todo desde que me mudé. Llevaba pensando en esa linda niña todo el tiempo que no estuve durmiendo, me llamaba mucho la atención, pero me ponía triste el pensar que posiblemente jamás la conocería.