5.

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El rizado abrió los ojos y los cerró de inmediato, la luz lo molestaba. Después de haber llorado hasta cansarse quedó dormido y pensó que estaba muerto.

Al observar su brazo se incorporó de inmediato, en su mente creía que Bryan lo estaba drogando, si lo había dejado sin alimento y agua varios días sería capaz de hacerle otras cosas.

Río al encontrarle doble sentido a sus pensamientos, observó como Bryan dormía incómodo en aquella silla ¿lo había cuidado toda la noche? Sonrió levemente, no fue capaz de dejarlo morir.

Se estiró un poco para alcanzar un zapato que estaba en el suelo y lo lanzó en dirección al castaño, dando justo en el blanco.

-¡¿Que demonios te pasa?!

-Callate y dime si ya me puedo quitar esta cosa estúpido.

Bryan abrió sus labios con sorpresa e indignación.

-Cuida tus palabras rata.

-¡Quítame esto idiota!

El mayor soltó un gruñido, después se levantó de aquella silla para retirar la aguja del brazo de Freddy.

-Gracias maldito.

-¿Me seguirás insultando,

-Si estúpido.

-Eres peor que una princesa.

-Soy una princesa estúpido, lárgate que necesito bañarme, estoy asqueroso.

-La verdad si.

El menor miro mal al mayor, quitando las sabanas que lo cubrían, Bryan comenzó a reír y salió de la habitación. Freddy estaba enojado, y no quería molestarlo más.

El rizado corrió al baño, sentía su cuerpo pegajoso y realmente odiaba la sensación, cerró la puerta con seguro para comenzar a quitar sus prendas con desesperación, era un completo asco.

La lluvia artificial caía sobre su cuerpo, sonrió al sentir aquella sensación.

Al terminar cubrió su cintura con una toalla y salió del baño.

-¿Tienes hambre?

Dio un brinco al escuchar su voz.

-Un poco.

-Ve a cambiarte y después a la cocina.

-Entendido.

Entró a su habitación, busco algo cómodo que usar, un pantalón buzo gris y una playera negra fue la elección, seco su cabello, sus chinos estaban húmedos, intentó alborotar un poco su pelo pero no resultó.

Salió de la habitación y camino hacia la cocina, lo primero que vio fue al castaño sirviendo pedazos de carne en un plato.

-No camines descalzo, te puedes enfermar.

El rizado se encogió de hombros, se sentó en una de las sillas, tomó un plato y un tenedor para comenzar a comer, tenía hambre, no un poco, era mucha.

Bryan sonrió al ver a Freddy, se veía lindo, le daba bastante ternura y no sabía el por que.

-¿Que tanto me vez?

La sonrisa se le borro y sintió como un calor la recorría el cuerpo.

-Lo idiota que te vez.

Freddy saco su lengua y siguió comiendo, mientras Bryan se dedicaba a verlo detalladamente.

Después de aquel almuerzo, no volvieron hablar, Bryan salió del apartamento y no había regresado, Freddy intentaba no morir del aburrimiento, ya había dormido bastante, no quería dormir, necesitaba encontrar algo con que entretenerse. Era tan difícil, no había tv, tampoco internet, sólo una radio pero odiaba la música que transmitían.

Soltó un gruñido de frustración necesitaba a Bryan, al menos se entretenía colmando su paciencia.

Veía hacia un punto fijo, en su mente pasaron cientos de imágenes dolorosas, recuerdos del rechazo de su familia y otras del rechazo que le tenía Mateo o de las cuantas veces que lo lastimó.

Si hubiera elegido correctamente no estaría en un edificio encerrado, su vida no se basaría en humillaciones, todo hubiera sido diferente si no le gustarán los chicos.





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Monstruo || Breddy M.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora