Cuando te paraste del sofá y abriste la puerta, te pare para tranquilizarte.
Seguiste insistiendo.
Jamás pensé que te arrodillaras para pedirme perdón...
En ese momento no te pude ver ahí y recuerdo lo que te dije:
"Nunca te humilles ante nadie menos ante mi".
Te levanté te di un abrazo fuerte,campeón ese día supe que si estabas enamorado.
Ahí nació nuestro primer Té amo.