Siento no recordarte. Soy sólo una bebé llorona.

Cap. 2

-Narrador omiscente-
—¿Matthieu?
Alba asoma la cabeza de una estantería y ve a su sonriente amigo con un libro en la mano mirándola.
—¡Bebé llorona! Estoy aquí.
—Y-Ya te he visto....
—Bien, siéntate aquí, ahora vuelvo.
Matthieu se levanta y camina hasta la entrada de la biblioteca.
—¡Espera! T-Tengo miedo de perderme o de olvidar lo que estoy haciendo.
—Serán unos segundos, ya vengo.
En cuanto Matthieu se marcha corriendo, Alba se levanta y se marcha por el lado contrario del pasillo por dónde se fue Matthieu.
•No, espera. Vuelve a la biblioteca•
—¿Quién eres?
•Ya empezamos•
—¡Sal de mi cabeza!
Los ojos de Alba se vuelven verdes.
—Pues por las malas.
Marina llega de donde se fue su hermana y se sienta. Alba vuelve a tomar el control.
—¿Qué hago aquí?
Matthieu llega con una bandeja de galletas.
—¡Ya he vuelto!
—No te conozco.
—¡Agh!
—¿Quién eres?
—Tu mejor y único amigo.
—¿Matthieu?
—¡Sí! Es un avance.
Los ojos de Alba pierden su brillo natural.
—No entiendo. ¿Por qué sigues queriendo estar conmigo?
—Porque me gustas.
Los ojos de Alba tienen su precioso brillo. Alba mira los ojos de su amigo, azules como el mar, un tono distinto al de ella.
—¿Qué es eso? ¿Qué es gustar?
—Como a ti te gustan las galletas, a mí me gustas tú.
La radiente sonrisa de su amigo inunda los ojos de Alba en lágrimas.
—Pero, yo te voy a olvidar dentro de muy poco, en cuanto te vayas. ¡Puf! Te he olvidado.
Matthieu la abraza.
—Lograré que no.
••••
—Buenos días, Alba.
Tania toma la mano de Alba y las dos van hacia la entrada.
—¡Suéltame! No te conozco.
—Soy Tania y estoy a tu cargo.
—Ah, vale.
—Hoy a la consulta nos acompañará Matthieu.
—¿Quién es Matthieu?
—Tu mejor amigo.
Unas manos cubren las manos de Alba.
—¿Quién soy?
—No lo sé.
Los labios de Matthieu besan la mejilla de Alba.
—Soy yo, mi bebé llorona.
—¿Bebé llorona?
—Soy Matthieu.
—¡Ya te recuer......do!
Alba se sonroja y Matthieu se ríe. Matthieu toma la mano libre de Alba y van los tres a la consulta.
—¿Qué es este sitio?
—Jajajaja, ¡eres tan mona, Alba!— Matthieu abraza a Alba riendo— ¡A este sitio vas siempre!
—Es la consulta de Margaret, tu psicóloga.
—¿Mat tiene psicóloga también? ¿Y qué es eso?
—No, Matthieu no tiene psicóloga. Y "eso" es una persona que trata a las personas que tienen problemas en la cabeza, como tú.
—¿Qué le pasa a mi cabeza?
Los ojos de Alba se ponen bicolores.
—¡Wow! Alba, tus ojos, están distintos.
—¿Q-Qué?
—Entremos rápido, Marga nos espera.
Marina toma el control.
—No quiero, esa señora sólo le dice a Alba que le diga sus secretos.
—¿A-Alba? ¿Qué está pasando Tania?
—Marina, por favor. Esto es justo lo que tu hermana necesita.
—¡No! Ella sólo necesita recordar como lo ha hecho esta mañana con Matthieu.
—¿Tania? ¿Qué le sucede a Alba?
—Yo no soy Alba. Matthieu, tú eres amigo de mi hermana, sálvala. Sólo tú puedes hacerlo.
Los ojos de Alba se vuelven azules de nuevo y se desmaya, cayendo en los brazos de Matthieu.
—No sé como, pero lo haré.
•Un año más tarde•
—¡Alba, despierta!
—¿Quién eres? ¿Y qué haces en mi cuarto.
Matthieu da un corto beso a su compañera de cuarto.
—¡Maaaatt! Ya te dicho que eso me hace sonrojar.
—Por eso lo hago. Ahora despierta. ¡Tania dice que hay unos padres que quieren adoptarte!
—No quiero.
Alba pone sus manos en sus ojos y se pone a llorar.
—¿Qué pasa? Una familia te quiere adoptar, deberías estar feliz.
—No quiero que me alejen de ti, no quiero olvidarte.
—No lo harás lo prometo.
Alba conoció a su futura familia, ellos sabían a lo que se enfrentaban y decidieron adoptarla. Como Alba predijo olvido todo lo que concierne a aquel orfanato.
•Diez años más tarde•
—¡Marina! Devuélvenos a Alba, tenemos que hablar con ella.
—¡Agh! Está bien.....
Los ojos de Alba se vuelven azules de nuevo.
—¿Qué ocurre? Marina dice que queréis hablar conmigo.
—Así es. ¡Hoy empezarás a estudiar fuera de casa!
—Pero, ¿y si me pierdo? ¿Y si os olvido?
—Marina se encargará de que eso no ocurra, cariño. Pero, prepárate que vas llegar tarde.
—¿A dónde?
—A tu nuevo instituto.
—¿Para qué?
—Para que estudies fuera de casa.
—Ah, vale.
Alba se vistió con una camiseta blanca y unos shorts negros.
—¡Me voy! Adiós, papá. Adiós, mamá.
Alba dió un portazo y empezó a caminar.
•¿Recuerdas el camino a la parada?•
—No, ¿quién eres?
•Ya te llevo yo•
Marina tomó el control e hizo una coleta alta a Alba.
—¡Mucho mejor!
Cuando Marina llegó al autobús, Alba volvió a tomar el control. Un joven con el pelo negro y ojos azules se percató del cambio..... ~¿Podría ser? No, me lo habré imaginado.~
El chico siguió mirando por la ventana, Alba sin saber por qué lo miró.
•Es Matthieu, lo sé•
Alba perdió el control de su cuerpo y Marina se sentó con Matthieu.
—Hey, tú. Sigues igual de feo.
—¿Te conozco?
—No te hagas el tonto.
—No sé quién eres, pero no tolero que me hablen así.
—¿Ah si? En el orfanato no eras igual, sólo dejabas que te pisotearan para estar con mi hermanita.
—No sé de que me hablas.
—Oh, lo siento. Quizás me abre equivocado.
Marina vuelve a su asiento y Alba vuelve a tomar el control.
~Es ella.~
•Es él, lo sé •
—¿De qué hablas, Mari?
•Nada, Al. Déjalo.•
Matthieu mira de reojo a Alba.
~Está hermosa~
El autobús se para y Marina toma el control nuevamente para bajar y entrar al instituto.
•Mari, quiero volver•
—Claro.
Marina pierde el control y Alba camina observando los pasillos, con un papel en la mano.
— 1°bachiller A.
—Disculpa, ¿necesitas ayuda?
Alba se da la vuelta y se encuentra a un chico de su edad, castaño de ojos marrones.
—Sí, gracias. Busco la clase de 1°bachiller A.
—Ven, vas a mi clase. Mi nombre es Theo.
—Alba, encantada.
•Marina, no te le acerques•
—¿Qué dices, Marina? Sólo nos quiere ayudar.
—¿Perdona? ¿Con quién hablas?
—¿Eh? Ah, no con nadie.
—Mira, ese de allí, va a nuestra clase. Se llama Matthieu. Él sabe tratar con bichos raros como tú.
El chico llamado Theo se da la vuelta y corre. Alba mira extrañada hacia donde Theo ha señalado, pero no ve a nadie.
•Bueno, mi turno•
Alba pierde el control y Marina busca el aula por su cuenta.
~Uf, por poco. Debo tener más cuidado~