Había amanecido bastante bien, ahora residía en Washington, junto con Nate y Emily, la casa de Nate, pagada por sus padres cabe decir, era bastante amplia, poseía tres plantas más la azotea, en la primera, la sala de estar, una sala bastante grande en la que habían ocho estanterías llenas de libros, dos por esquina, un enorme cuadro encina de la chimenea de ladrillo en el cual se representaba el asesinato de una mujer, en la chimenea había una calavera y varios lápices y rotuladores, también había una pizarra y un tres tablones de corcho colgados de las paredes, un sofá con espacio para tres además de un sillón para uno y finalmente una mesa pequeña la cual usaba para colocar juegos como las damas, el ajedrez o cualquier otro juego que requiera de un pensamiento lógico. La cocina también era muy amplia, todas las habitaciones menos el trastero eran bastante amplias, tenía cafetera, microondas, y todo lo que una cocina normal tiene. El trastero ni lo había tocado, ni idea de lo que Nate metía ahí, pero conociéndole mejor no saberlo, el baño también era bastante normal, en el segundo piso estaba la habitación de Emily, un baño y el cuarto que Nate usa para pensar cuando se encuentra en un caso complejo. Y ya en el tercer piso mi habitación y la de Nate. De todas estas solo había visto la mía, cabe decir que llevaba poco tiempo allí. En mi habitación tenía una cómoda con ropa y encima un espejo, fotografías de mi familia, folletos o lápices estaban esparcidas encima de la cómoda, la cama era doble, a cada lado había una mesilla de noche, dentro tenía cosas como mis libros de Sherlock, mi pistola, mi bloc de notas, más lápices o algunos imperdibles, tenía un armario, ventana, alfombra y el resto de cosas que puede tener una habitación normal.
Al bajar para hacer mi café mañanero me topé con Nate jugando a las damas con Emily.
-las damas se te dan mejor que el ajedrez, aunque en mi más sincera opinión es un juego mucho más sencillo-
-calla y juega, me desconcentras- dijo Emily riendo.
-buenos días pareja-
-buenos días- dijo Emily girándose.
-¿y tú si puedes hablar?- dijo Nate.
-eres un caso- dijo Emily ladeando la cabeza. -cuando tomes tu desayuno y le gane a Nate, que será dentro de un rato, vamos a correr-
Asentí con la cabeza. Aún continuábamos la rutina que adoptamos en Baika.
-que optimista- dijo Nate riendo.
Tras desayunar y cambiarme pregunté por cuando nos íbamos.
-venga mi muerte- dije Emily riendo.
-ya dije que era optimista, pero claro, el optimismo no es sinónimo de victoria y éxito- dijo Nate atendiendo una llamada. -¿Matt?-
Tras eso salimos a correr.
Logramos hacer un total de dos kilómetros trotando sólo con dos pausas de cinco minutos contados en menos de media hora sin contar los descansos.
Tomamos agua y descansamos diez minutos antes de volver, otra vez, trotando.
Al llegar nos encontramos con Nate revoloteando de un lado a otro con su abrigo de color negro a medio poner y un sombrero en la cabeza el cual sostenía con la mano.
Me senté en el sofá y Emily fue directa al baño para ducharse. Tomé más agua aún y fui al baño de arriba para ducharme. Tras nueve minutos de baño y un cambio de ropa bajé de nuevo a la sala de estar, allí Nate y Emily me esperaban.
-menos mal, tardas mucho para mi gusto- dijo Nate.
-tenemos un caso, bueno, tenéis-
-¿tú no vas?-
-yo ya tengo otro- contestó Emily tecleando en su portátil.
-basta de cháchara, vámonos-
Tras coger un taxi y esperar en silencio durante diez minutos llegamos a una casa abandonada la cual había sido acordonada.
Al bajar del taxi y acercarnos a la casa un señor, de aproximadamente un metro y ochenta centímetros, con pelo rizado y en punta y fuertes brazos, nos recibió.
-mi querido Matt, ¿qué tiene?- dijo Nate estrechando su mano con la de aquel hombre.
-algo extraordinariamente difícil, le encantará, seguro-
-eso espero, es usted un detective formidable, si usted lo dice quizás sea algo interesante-
-por supuesto, pero... ¿quién es ese hombre de ahí?- preguntó señalándome.
-este de aquí es mi fiel amigo Shawn, un detective muy admirable, quiero que me ayude, si es tan complejo como lo hace parecer seguramente requiera de su ayuda-
-entiendo, pasad, he ordenado a todos que nadie toque nada a no ser que usted lo diga-
-gracias, ya me encargo yo del resto-
Entramos y hallamos la escena, un hombre con un puñal clavado en la espalda, era gordo, de pelo rizado y con gafas de vista, llevaba un jersey de lana de color amarillo y unos pantalones vaqueros además de botas de cuero, por su pose y tras luego verlo un poco más de cerca estaba casi seguro de que no había experimentado ningún tipo de violencia. Su reloj parecía ser caro además de que en sus bolsillos estaba su cartera con su respectiva documentación y dinero además de su tarjeta de crédito. La idea de un robo queda descartada.
-¿qué ve Prescott?- preguntó Nate arrodillándose ante el cadáver.
-no es un robo, su reloj y carteras parecen intactos. Además, creo que lo debieron coger desprevenido ya que no hay signos de violencia. El cuchillo es uno de caza, no creo que haya huellas, tampoco creo que lo hayan arrastrado aquí, quizás era un curioso que se metió en esta casa a explorar y alguien lo asesinó, quizás un vagabundo o... no, no creo- rectifiqué. -no creo que un vagabundo tenga acceso a un cuchillo de caza como este, para eso debería tener dinero, sabemos que quizás el criminal sea de un perfil bajo puesto a que es típico en éstos el usar un cuchillo, no obstante, no podemos decir eso a ciencia exacta, quizás estaba metido en un lío-
-o protegía a alguien que lo estaba-
Miré dudoso.
-verá, en esa esquina he encontrado marcas, alguien estuvo ahí y se lo llevaron, opuso resistencia agarrándose con una mano al pilar, hay marcas leves de arañazos, además, encontré esto, quizás se le cayó con el forcejeo o quizás lo dejara, aunque me decanto por la primera- dijo Nate mostrándome una pequeña hoja con un ojo cerrado y detrás un número y una letra.
13621C

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La secta
Mystery / ThrillerEn esta aventura Nate se verá envuelto en un caso de secuestro llegando al punto de dar con una secta la cual descubre hasta que punto ha llegado Nate decide intentar frenarle los pies iniciando así una nueva y trepidante guerra de intelectos en la...