Conociendo al enemigo.

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Las puertas de Hopkins Corporation se abrieron, un rascacielos gris, revelando su larga figura; «H. tomando el elevador», escribieron desde la recepción enviando un mensaje, el barullo que había segundos antes siendo reemplazado por taconeos, todos regresando a sus puestos de trabajo inmediatamente, el elevador ascendiendo hasta el piso mayor, la secretaria de Dirección, una beta rubia limpiando su pulcra falda gris con una mano y un café espresso en la otra, corría hacia la pequeña caja gris. 

Un hombre trajeado salía del elevador, tomando el café de la mano de su secretaría dirigiéndose a su oficina, la pequeña rubia lo seguía por detrás, caminando meticulosamente;

«En su e-mail fue enviado la propuesta de Maxweel, el Sr. Payne abordo el avión a primera hora de la mañana, la junta con Nicholas Caffrey fue pospuesta para las seis de la tarde, ah y ayer llamó la Srita. Lizzie y dijo que necesitaba hablar con usted». Alzo la mirada para dirigirse a su jefe, un tipo alto, de cabello largo y ojos color esmeralda, buenmoso, un alfa, la observaba con escepticismo.

  «Elizabeth siempre tiene algo que decirme» . El hombre sentándose detrás del escritorio comenzó a mirar papeles y firmarlos, ni siquiera el ruido de un mosco se escuchaba, la beta lo miraba paciente esperando indicaciones, el alfa era caraterizado por ser un hombre reservado, autoritario y que no acepta excusas, con personalidad fría.

finalmente cerrando una carpeta hablo:
 « Te entrego el contrato con Bynes, lo deben recibir mañana a primera hora, así que por favor envíalo en cuanto salgas de esta oficina, después puedes cancelar todas mis citas del día y  luego me comunicas con la Srita, Elizabeth, no quiero tenerla haciendo berrinches».

《 ¿Incluso la del Señor Caffrey?》.

《 ¿Qué parte de todas no ha entendido, Srita. Stwart?》.

Disculpe, Sr.》.

Llevando los codos sobre el escritorio poniendo la barbilla en sus puños y cerrando los ojos continuo; «Cuando acabes de hacer tus pendientes puedes irte, no voy a necesitarte más hoy» 

  « Sí, señor».

La beta salió cuidadosamente de la oficina sin mirar atrás, dejando solo al devastado alfa, levantándose de su asiento se dirigió al gabinete, donde se sirvió un poco de Whisky y sacar un paquete de tylenol, nadie se atrevía a decirlo en voz alta, pero todos especulaban; estas acciones cada vez más repetitivas causaban curiosidad en la cabeza de los empelados; el enrojecimiento en sus ojos y  bolsas de bajo de los mismos, la desaparición por tres días del jefe no podía significar mas que otro celo terminado.

Una inminente migraña estaba por llegar.

Tal vez su esposa (y todos los demás) tenía razón: su alfa estaba reclamando la falta de su compañero y se las cobraba no dejándolo dormir por las noches. 

Y es que Harry Styles, un Alfa de 30 años, alto e imponente, con increíbles ojos verdes y hermoso cabello rizado, nacido en Cheshire, Inglaterra, con una prominente carrera en Relaciones Internacionales, Ingeniería y posteriormente en las Ciencias Empresariales,  era el CEO de Hopkins Corporation, sin embargo cargaba con un gran peso sobre sus hombros  el anhelo de su alfa por encontrar a su omega, puesto que sin importar la condición, el status y el nivel académico, todos tenemos deseos carnales, y eso era lo que le impedía  dormir tranquilo; su celo había terminado hace apenas un par de días y sin un omega al cual anudar, aunado esto a su adultez, cada vez era más pesado sobrellevarlo.

Estaba casado maravillosamente, desde hace 10 años que habían encontrado la estabilidad, atrás quedaron los días en que cada omega existente sobre la Tierra se acercaba al alfa para obtener algún beneficio, la armonía porfin fue encontrada y  han podido sobrevivir sin ningún tipo de escándalo o chisme, por supuesto junto a un buen y existoso hombre hay una increible mujer, un alfa tan exitoso no podría estar solo, claro que no, Juliette Hopkins era el nombre de la tan dichosa afortunada, una increíble beta rubia de unos 50's aproximados, viuda de Nicholas Hopkins, todo había sido un acuerdo matrimonial, satisfactorio para ambos una especie de... labor altruista, pero al final, Harry era quien más había ayudado a Juliette.                                                                             

Muchos eran los enigmas alrededor del Alfa Harry Styles y su  Beta Julliette, pero poco era lo que se sabía, todo había sido llevado con demasiada discreción, al final de cuentas, eso era lo que caracterizaba a los Hopkins,  sin embargo había infinidad de medios amarillistas tratando de indagar en sus vidas;  

¿Cómo era posible que un Alfa de tan solo 20 años contrajera matrimonio con la Viuda Hopkins, 20 años mayor que él?  Se leía en el periodico de mayor relevancia en todo Reino Unido, contagiando a sus adversarios.

¿Qué sacrificios habrá tenido que hacer el Joven alfa para llegar a dónde está?》 Comentaba una beta en el programa televisivo, cuchicheando con su compañero.
Oh, no lo sé, Linda. Pero por un puesto en Hopkins Corporation, todo mundo es capaz de vender su alma al diablo》.

Fue la mayor interrogante durante esos gloriosos años, claro, gracias a las maravillas en el mundo de los negocios por parte de Harry Styles, incluyendo poderosos aliados y clientes dispuestos, todo eso quedo en el pasado, dándole paso así a lo que importaba, Styles-Hopkins, era la asociación mayormente conocida en el mundo de los negocios, nadie rechazaba una oferta de ellos y pobre aquel que osara de hacerlo.

El ruido del interfono lo despertó de su ensoñación.

 «Señor, la Srita. Lizzie en la línea tres».

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                                      H

He will be loved. ~ LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora