Willy's POV
Un nuevo día.Hoy era un nuevo día, una nueva tortura.
Realmente no me apetecía en lo absoluto ir a la universidad. Ni aunque tuviese lo que se consideraría la carrera con la que siempre había soñado: música. Me planeaba especializar en el piano; mi salvación y perdición, mi soporte y mi desamparo. La verdad es que a estas alturas de lo único en lo que me podía apoyar para seguir adelante era este bello instrumento que evocaba tantas memorias a mi mente.
Desde que mamá -o quizá antes- había muerto no había mucho que me hiciese feliz, pero el tocar el piano siempre me hacía sentir paz y a la vez melancolía; simplemente era adicto a esta extraña mezcla de sentimientos.
Después de un suspiro me levanté y preparé para este nuevo día que no parecía prometedor. La verdad no es que estuviese deprimido o algo por estilo, sólo que en ocasiones los sentimientos negativos reinaban en mi efímero corazón. Aún así debía hacer un esfuerzo, por madre, debía cumplir su deseo de ser un exitoso pianista; al menos esa era mi motivación de día a día.
"Venga Willy tío que hoy te has despertado más triste de lo normal, anda ya, que hay que ser positivos en la vida, macho" me reprendí a mí mismo mentalmente.
Una vez bañado y cambiado salí de casa para encaminarme a la escuela; no me molesté en desayunar ya que eso lo podría hacer en alguna hora libre dentro del instituto, y es que siendo honesto casi nunca tengo apetito, es algo extraño pero estoy acostumbrado.
Me gustaba caminar hacia la escuela ya que no me quedaba a más que unos 20 minutos a pie y a la vez me ayudaba a despejar y aclarar mi mente.
Al llegar marché hacia mi nueva clase; esta iba a ser distinta ya que serían asesorías de piano. Como todavía era de segundo semestre, en realidad no tenía como tal el área de profundización en piano... todavía.
No había practicado en mucho tiempo desde la muerte de mamá, usualmente tocaba sin que nadie me escuchase, y siendo sincero conmigo mismo, me parecía que ya era hora de volver a tocar en público, como ella siempre había esperado de mí; por ello, me había forzado a inscribirme en un concurso escolar, como en los viejos tiempos. Sin mencionar que habría un premio monetaria para el ganador, lo cual realmente necesitaba en estos momentos para pagar la fianza del colegio de mi hermana, Carol.
-Hola, disculpa - me interrumpió en mi trayectoria un desconocido-¿sabes donde queda el edificio F?- me preguntó con una sonrisa amable.
-Eh... sí - contesté incómodo - voy para allá de hecho, si quieres te acompaño - me ofrecí pensando que estaba haciendo mi buena acción del día.
-Gracias - me respondió con una sonrisa ladina la cual ignoré.
Asentí con mi cabeza y sin decir más nos dirigimos a dicho edificio. Me dediqué a observar a este hombre que se veía unos años mayor que yo-a decir verdad, bastantes- más de 23 años estaba claro. Era bastante apuesto aún así, musculoso, elegante y emanaba un exquisito aroma que no podía evitar inhalar discretamente.
"Debo dejar de hacer aquello, parezco un pervertido" pensé sonriendo "aparte apenas y he terminado hace dos meses con mi ex novio ¿y ya estaba viendo a otros hombres atractivos? Ostras que si supiera de esto él..." mi sonrisa fue reemplazada por una melancólica mirada "...no le hubiese gustado" concluí. El hombre me volteó a ver extrañado ante mi inusual comportamiento; ostras que ya había olvidado que venía conmigo y ahí iba yo de nuevo a sumergirme en los recuerdos. Respiré ondo y le dediqué una falsa sonrisa, ¡vengan esos animos!
-Y... ¿cómo se llama?- pregunté amablemente.
-Bua' chaval, puedes tutearme macho, si no estoy tan viejo, ¿sabes?- respondió haciéndome sonrojar avergonzado -Me llamo Samuel. ¿Tú?
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Carry On | Wigetta
Fiksi PenggemarGuillermo siempre ha sido un joven pianista impecable, frío y mecánico que sigue al pie de la letra las melodías que toca. Después de llevar años sin tocar en público, éste se decide a terminar de recitar la balada de aquella última vez... A pesar...