Tenía todo lo que quería.
Tenía ganas de que se fijase en mí.
Tenía 47 lunares y me encantaba
perderme en ellos.
Tenía ojos verdes.
Tenía unos maravillosos ojos verdes.
Tenía una sonrisa que iluminaba todo a su alrededor.
Tenía una risa que despertaba emociones.
Tenía unas mejillas adorables, de ésas que nunca dejarías de admirar.
Tenía unos labíos con los que soñaba a diario.
Tenía una forma de abrazar que abrigaba en maneras que un jersey no podría.
Tenía que ser mío...pero no lo era.
Él tenía a otra chica.
Otra chica que también conocía sus 47 lunares.
Otra chica que podía ver a diario esos ojos.
Otra chica que podía ser la causa de su sonrisa.
Otra chica que era testigo de sus risas.
Otra chica que disponía del lujo de estar ante esas mejillas, esos labios.
Otra chica que también buscaba refugio en sus abrazos.
Otra chica que lo tenía.
Tenía todo lo que quería.
